viernes, 19 de noviembre de 2010

Domingo Jesucristo, Rey del Universo (C)

21-11-2010 JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO (C)

2 Sam. 5, 1-3; Slm. 121; Col. 1, 12-20; Lc. 23, 35-43



Homilía de audio en MP3

Queridos hermanos:

Celebramos hoy el último domingo de este año litúrgico, y lo hacemos con la festividad de Jesucristo, Rey del universo. Hoy quisiera detenerme en hablar un poco sobre el Reino de Dios. Lo que diré serán unos meros apuntes sin pretender agotar el tema.

Una vez que Jesús fue bautizado en el Jordán, se puso a predicar por todo Israel y su predicación no consistía en explicar el Antiguo Testamento o en hablar sobre una nueva religión o en exponer un modo concreto de comportarse. No. Las primeras palabras de predicación de Jesús fueron éstas: “Se ha cumplido el plazo y está llegando el Reino de Dios. Convertíos y creed en el evangelio” (Mc. 1, 15). Sí, Jesús anunció la llegada del Reino de Dios a Israel y a todo el mundo. Jesús “fue caminando de pueblo en pueblo y de aldea en aldea proclamando y anunciado la buena noticia del Reino de Dios (Lc. 8, 1). En los cuatro evangelios aparecen 122 veces la expresión “Reino de Dios” o “Reino de los Cielos”, que es equivalente. Y de ellas 90 veces aparece en labios de Jesús.

¿En qué consiste este Reino anunciado por Jesús? Él nunca lo dijo directamente. No hay una exposición sistemática y perfectamente delimitada por parte de Jesús de lo que es el Reino de Dios. Lo que sí es cierto es que, con este anuncio, Jesús entusiasmó y dio esperanza a muchos de los que le escuchaban. Al oír a Jesús anunciar el Reino de Dios que estaba llegando, los israelitas se acordaban de las palabras del profeta Isaías: “¡Qué hermosos son sobre los montes los pies del mensajero que anuncia la paz, que trae buenas noticias, que anuncia salvación, que dice a Sión: ‘Ya reina tu Dios’!” (Is. 52, 7).

Vamos a examinar algunas de las características propias del Reino de Dios:

- Cuando Jesús anunció a todos que el Reino de Dios ya estaba presente, todos se extrañaron, pues esperaban un reino humano y con ejércitos, que expulsase a los romanos y liberase a Israel del yugo de un imperio extranjero. Se esperaba un reino que trajese paz y justicia para todos, pero… eso no se daba en el momento en que Jesús predicaba la llegada del Reino. Por eso, muchos se mofaron de Jesús y no le creyeron, mas Jesús insistía en la presencia del Reino de Dios “entre vosotros”. Les decía, y ésta es una característica del Reino de Dios, éste no viene de una manera terrible o espectacular o a costa de la muerte y del sufrimiento de los otros (de los romanos, de los ricos, de los opresores, de los canallas…), sino que el Reino de Dios es una fuerza liberadora, humilde pero eficaz y al alcance de todos los que lo acojan con fe. En este mundo no hay sólo mal; también existe el bien, pues la presencia liberadora y amorosa de Dios actúa en todo hombre que acoja con fe este Reino.

- Una segunda característica del Reino anunciado por Jesús es que Dios ama y se preocupa de los hombres, de todos los hombres, independientemente de su sabiduría, de su modo de vivir, de su raza, de su sexo, de sus ideas, de su riqueza, de su salud. Para Dios todos los hombres son iguales.

- El Reino de Dios no viene a destruir a los pecadores, sino el pecado que hay en el hombre y en la sociedad. Jesús está convencido de esto y así lo expresa: “He visto a Satanás cayendo del cielo como un rayo” (Lc. 10, 18). Fruto de esta victoria sobre el mal y de la liberación de los hombres viene la alegría. Y es que la alegría forma parte del Reino de Dios: “En aquel momento, el Espíritu Santo llenó de alegría a Jesús, que dijo: ‘Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado todas estas cosas a los sabios y prudentes y se las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido bien […] Dichosos los ojos que ven lo que vosotros veis. Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron” (Lc. 10, 21.23-24).

- El Reino de Dios no consiste en una victoria de los justos sobre los pecadores y los canallas, sino en una liberación de los que sufren el mal, cualquier mal para poder vivir digna y gozosamente. ¿De dónde saca Jesús esta convicción de que el Reino no es vencer, sino amar, liberar y perdonar? Pues lo saca de su propia experiencia. En efecto, dice Jesús: El“Padre del cielo, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos” (Mt. 5, 45).

- Signo de que el Reino de Dios ha llegado a los hombres es que Jesús les cura, les alivia su sufrimiento. Jesús no cura de modo arbitrario o para probar su mensaje o para reafirmar su autoridad o por puro sensacionalismo. Jesús cura por compasión (padecer con) hacia los hombres, hacia el hombre concreto que tiene ante sí. “Si yo expulso los demonios con el dedo de Dios, entonces es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios” (Lc. 11, 20). Y en la misma línea están aquellas preciosas palabras de Jesús cuando los discípulos de Juan vienen a preguntarle de parte de éste si él es el Mesías: “Id a contar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buena noticia” (Mt. 11, 4-5).

- Jesús no excluye a nadie de este Reino. Todos están llamados a entrar en él, pero hay que tener una serie de condiciones y de actitudes para poder ser ingresados en el Reino de Dios. Todo ello está recogido en las bienaventuranzas. Fijaros cómo empiezan y cómo terminan éstas: “Dichosos los pobres en el espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos […] Dichosos los perseguidos por hacer la voluntad de Dios, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Mt. 5, 3.10).

Para terminar os expongo dos formas concretas de actuación del Reino de Dios: un hecho sucedió hace 2000 años y otro está sucediendo ahora mismo:ara probar su mensaje o para reafirmar su autoridad o por puro sensacionalismo. "raciy se las has

- En el evangelio que acabamos de escuchar se nos dice que, estando Jesús en la cruz, “las autoridades y el pueblo hacían muecas a Jesús, diciendo: ‘A otros ha salvado; que se salve a sí mismo si él es el Mesías de Dios’”. También se burlaban de Jesús los soldados y le decían: “Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”. Incluso uno de los malhechores crucificado lo insultaba. Sin embargo, en medio de los tormentos que Jesús padecía, en medio de las burlas e insultos, en medio de la soledad y abandono de sus discípulos y de Dios, Jesús aún es capaz de hacer visible el Reino de su Padre Dios y acoger al otro malhechor crucificado, que le suplicaba. Jesús le dijo: “Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso”. El Reino de Dios es más fuerte que el Reino de Satanás, el bien es más fuerte que el mal. ¡Seguro!

- En estos días supe de una mujer que trabaja como asistente social en un departamento de una organización estatal, y se le presentó un caso de una chica con especiales circunstancias, que ha quedado embarazada. Todos los compañeros de la asistenta social, la familia de la chica y todo el entorno presionan a dicha chica para que aborte, aunque el niño venga bien. Si esta asistenta social, que es católica, se posiciona a favor de la vida de ese niño que viene, entonces todos se le echaran encima y la “machacarán”. Todos presionan a esta asistenta social, porque sus opiniones y palabras pesan mucho en la chica embarazada. ¿Qué hacer ante este caso? Si la asistenta social toma partido por aconsejar a la chica que siga con su embarazo hasta el final, el ambiente en su trabajo se volverá irrespirable y le pueden hacer la vida imposible; los familiares y conocidos de la chica la señalarán con el dedo y dirán barbaridades de ella. ¿Qué hacer? Pues esta asistenta social en conciencia y por ser fiel a su Señor Jesucristo aconsejará a la chica que siga con el embarazo para adelante. Esta asistenta social es hoy signo visible y patente de que el Reino de Dios ha llegado hasta nosotros, pues para ella es más importante obedecer a Dios que a los hombres, salvar una vida humana que salvar una tranquilidad en su puesto de trabajo y en su vida.

¿Está el Reino de Dios presente en mi vida? ¿Cuáles son los signos concretos de ello?

6 comentarios:

  1. La vida nos va poniendo situaciones que muchas veces no sabemos responder .. o no nos animamos a resolver .. pero yo trato de seguir el consejo de mi abuela ... ella me decia .. en cada persona que llegue a ti ... necesitado o no¡..en cada situacion que tenegas que resolver ...piensa ¿que haria Jesus? en este momento ... y luego actua y mira siempre al otro tratando de verlo con los ojos del Señor ..
    Es muy dificil .. pero antes de actuar .. lo pienso .. Si todos actuaramos como la asistente social que defendio ante todo la vida ...sin importarle lo que ella tendria que pasar despues y si vieramos en el otro con los ojos del Señor ... el Reino estaria aqui entre nosotros ... pero somos humanos que muchas veces nos dejamos llevar por la intolerancia .. el que diran ... el egoismo y la vanidad .. y eso SI nos aleja del Reino de Dios
    Buen fin de semana hermanos

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  2. Que caricia para el alma su homilía,siento mi corazón llenarse de esperanza y alegría cuando todos los domingos me levanto y busco la pagina del padre Andrés, me da un gran impulso para enfrentar la semana. Yo asisto a misa por la tarde , entonces es muy bueno ya haber reflexionado sobre el Evangelio para enriquecer más aún el mensaje de nuestro Padre. muchos saluditos desde Argentina.

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  3. Qué buena manera de acabar el año litúrgico. Estoy muy de acuerdo con las ultimas palabras de la homilía de hoy, el Reino de Dios está aquí entre nosotros pero.... hay que estar atento para captarlo y más atento aún para construilo.

    Hay ocasiones en que con una expresión de cariño hacia nosotros, nos sentimos en el Reino de los cielos y, por el contrario, en otras ocasiones bajamos a lo mas hondo de los infiernos, pero tambien puede ocurrir al reves, que nosotros seamos los arquitectos de uno u otro lugar.
    Así que procuremos ser los albañiles del Reino de Dios.
    Un abrazo para cada un@ y buena semana a todos.

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  4. Hace unos años en unos Ejercicios espirituales descubrí a Jesús como Rey, desde unas bonitas reflexiones sobre Su Reino: Reino de Paz, de Justicia, de Vida y Verdad. Reino de Gracia, de Amor, de Perdón. Reino que habita en nosotros y no tiene fin.
    Son varias las parábolas que en el evangelio nos presentan el Reino de Dios comparándolo con una semilla.. El mes de octubre llegó a mí, esta parábola y esta semilla, que comparto con vosotros:
    PARÁBOLA DE LA BELLOTA Y EL ROBLE: LA SEMILLA DE PLENITUD
    "Como el roble está latente en el fondo de la bellota,
    la plenitud de la persona humana,
    la totalidad de sus posibilidades creadoras y espirituales,
    está latente
    en el ser humano incompleto
    que espera en silencio
    la oportunidad de florecer." (Ira Progoff)
    Al leer la homilía la recordé. Es esa “semilla de plenitud”, que llevamos todos dentro de nosotros y que seguirá creciendo hasta florecer, dando signos de la presencia del Reino de Dios entre nosotros. Serán apenas destellos de luz, serán signos cotidianos –pero importantes -de un trabajo bien hecho, serán gestos de ternura, cariño, consuelo o compañía hacia un hermano, será dejarnos habitar en silencio por el Señor, Rey y Señor, ante el sagrario..La semilla seguirá creciendo sin apenas notarlo nosotros, hasta que un día nos sorprenderá porque ha florecido. Lo nuestro es acogerla y sembrarla en otros, desde nuestro testimonio; lo del Señor es hacerla crecer y florecer. Lo nuestro es confiar plenamente en el Sembrador, quien nos anuncia que el Reino está dentro de nosotros; lo de Él, será continuar Su obra en nosotros, cosa que siempre hace. Y lo que más claro tengo es que lo mío es No Estorbar el desarrollo de esta semilla en mi vida, hasta que un día ésta llegue a su plenitud. Porque mi corazón me recuerda a menudo que he sido “creada a Su imagen y semejanza” y Él, Señor de mi vida, hará con ella lo que mejor le parezca. Lo mejor para mí. Seguro.
    Buena semana amigos.

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  5. Jesucristo Rey del universo: Desde luego la idea que tenemos de lo que es un rey, no es precisamente la que nos presenta Jesús; así como si miramos a nuestro alrededor, no parece que Jesús reine en este mundo, precisamente. Nos dice D. Andrés, que es cierto que existe el mal, mas gracias a Dios también existe el bien.
    A mi me llama la atención en este día, que en el Evangelio que nos pone la iglesia, vemos a un Jesús crucificado, vencido, humillado; una imagen que nadie desearía para si. Y parece una paradoja, ya que es todo lo contrario de lo que esperaban o aun esperan muchos de Jesús.
    Sin embargo no resulta tan extraño este Evangelio precisamente en este día, porque el trono de Cristo, ha sido la Cruz; desde ella ha reinado, y nos llama a seguir sus pasos, porque es cierto que en la Cruz fue vencido, pero no lo es menos, que en ella venció, venció a la misma muerte, venció al mal, que en definitiva fue para lo que vino a este mundo, a traernos una esperanza de vida.
    Sus súbditos son los humildes, los pobres, los ciegos, los cojos etc.son los que acogieron esta promesa, y sintieron el gozo en su corazón, al saberse amados y liberados, por el mismo Cristo.
    Así es cierto que Jesucristo reina en este mundo, reina en nuestro interior cada vez que sabemos morir a nosotros mismos, es decir, cuando yo puedo perdonar y amar a aquellos que me hacen daño, cuando renuncio a un capricho, y reparto con los necesitados, cuando soy capaz de pensar en los demás antes que en mi, cuando dejo mi comodidad para ayudar-sevir a los demás; cuando doy la cara por el Señor, aunque me cueste perder amigos, que me miren mal, etc.
    ¿Reina Cristo en mi corazón? pues tengo que decir que en ocasiones, sí, en otras le pongo bastantes obstáculos para dejarle ser Dios en mi vida.
    Una preciosa homilía, muchas gracias Andrés.
    VIVA CRISTO REY.
    BENDITO SEA DIOS.

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  6. En la segunda petición del Padrenuestro pedimos: “VENGA A NOSOTROS TU REINO”: En esta petición le pedimos lo verdaderamente importante para nosotros, que es poder llegar un día a la gloria de su Reino.
    Jesús realizó muchas obras en bien de los hombres en su vida pública: liberó del pecado, curó, sanó, perdonó, acogió, enseñó, predicó.
    Los apóstoles hicieron presente este Reino de Dios, cumplieron la misión que Jesús les encomendó teniendo las mismas actitudes de Él.
    La instauración del Reino de Dios en la historia de la humanidad es la finalidad de la vocación y de la misión de los Apóstoles y por lo tanto de la Iglesia en todo el mundo.
    Hoy la Iglesia a través de sus ministros nos hace presente este Reino de Dios y nos da pautas y formas de irlo construyendo.
    Andrés nos exponía en la homilía tres formas concretas de actuación del Reino de Dios, me ha llamado la atención el dialogo con aquel niño o joven a quien en una forma muy sencilla pero muy sabía le enseñaba y a la vez le daba cariño, amor con su mirada. También a todos quienes seguimos sus homilías por el blog nos interpela ¿Está el Reino de Dios presente en mi vida? ¿Cuáles son los signos concretos de ello?. Esta esta es una forma de auyudarnos a ir descubriendo, construyendo y preparando la llegada de ese Reino futuro, día a día, momento a momento con nuestras actitudes y la mejor forma es aceptando y cumpliendo la voluntad de Dios y esto produce alegría, felicidad, serenidad, paz…
    Pidámosle al Señor que nos sostenga con su gracia para EVITAR el PECADO, la TENTACIÓN, que pone trabas al cumplimiento de la voluntad de Dios, LOS MALES Y DIFICULTADES QUE SE NOS PRESENTAN EN LA VIDA: la insolidaridad, la guerra, el hambre, la falta de compasión, la injusticia, etc.etc… son actitudes en nuestra vida que obstaculizan y cierran el paso para la consecución del Reino de Dios.
    Un abrazo para todos
    Olga

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