martes, 6 de diciembre de 2011

Inmaculada Concepción (B)

8-12-2011 INMACULADA CONCEPCION (B)

Gn. 3, 9-15.20; Slm. 97; Ef. 1, 3-6.11-12; Lc. 1, 26-38


Homilía de audio en MP3

Queridos hermanos:

Celebramos hoy la festividad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María

Cuando preparaba la homilía que ahora estoy predicando, empecé primero a leer las lecturas del día y, al llegar al evangelio, en el que se narra el encuentro del ángel con la Virgen María, me di cuenta que en este texto se contiene perfectamente los pasos de toda vocación o llamada por parte de Dios. En este caso concreto se nos describe la vocación de la Virgen María, pero también es aplicable a cada uno de nosotros:

* Se dice en el texto que “el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen” llamada María. Es Dios siempre quien primero se acerca a nosotros, quien toma la iniciativa. No somos nosotros quienes queremos ser la Virgen María, o quienes queremos ser sacerdotes, monjas, casados, solteros, cristianos…, sino que es El quien nos llama para sí como Virgen María, sacerdotes, monjas, casados, solteros, cristianos… Se dice que Dios envió a su ángel a Nazaret, “una ciudad de Galilea”; mas Nazaret debía de ser una aldea perdida, pues no aparece en ningún mapa de la época. ¿Por qué digo esto? Porque Dios no viaja simplemente por lugares famosos y conocidos, sino que busca a personas concretas, estén donde estén. Nosotros no éramos los más listos, los más buenos, los más habilidosos de nuestras familias y de nuestros entornos, pero Dios nos eligió para sí. Dios nos elige porque sí, porque nos ama. Y es que el amor no tiene razones. El se enamoró de nosotros y nos cortejó para sí y quiere desposarse con nosotros en matrimonio perpetuo.

* En el evangelio se nos narra el diálogo que hubo entre María y el ángel de Dios: “Alégrate, llena de gracia, el Señor esta contigo […] Has encontrado gracia ante Dios […] El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra”. En toda vocación existe un diálogo entre Dios y la persona elegida. También hubo un diálogo entre Dios y la Virgen María, entre Dios y nosotros; nosotros hemos sido cortejados por Dios. Dios nos fue dando durante años luz y fuerza ante nuestras dudas e incertidumbres. Nosotros, en algún momento de nuestra vida, nos sentimos elegidos y queridos por Dios. Él tenía y tiene una misión para María, para nosotros: “Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús”. Y esta misión concreta: de concebir en nuestro espíritu y de dar a luz a Jesús, se ha de hacer realidad sobre todo en este tiempo de Adviento. A esto se resume todo plan de Adviento, que año tras año os propongo: Hemos de quedar “embarazados”, no en nuestro vientre, sino en nuestro espíritu, en nuestro ser más íntimo del Hijo de Dios, de Jesús.

Pero este diálogo entre Dios y la criatura, entre el Novio y la novia, entre el Esposo y la esposa no termina una vez que La Virgen María dio a luz en Belén, o cuando nosotros nos hacemos curas, o entramos en un convento, o nos casamos, o nos bautizamos, o decimos que no al matrimonio… Ese diálogo se sigue prolongando a lo largo de toda la vida terrena y a lo largo de toda la VIDA ETERNA. Cuando era joven, veía cómo amigos míos dejaban la pandilla para empezar a salir con una chica en una relación de noviazgo. Después se casaban y pasado un tiempo el amigo regresaba a la pandilla dejando a la mujer en casa. Recuerdo una imagen que se me quedó grabada teniendo yo unos 15 años: iba un matrimonio de paseo; él con el transistor pegado a la oreja para escuchar los partidos de fútbol y sin hacer caso de su mujer, y ésta mirando para el paisaje sin nada que decirse. No sucede esto con Dios. El siempre tiene cosas que decirnos y El siempre nos escucha.

* Nos dice el evangelio de hoy que, una vez que María escuchó lo que el ángel le dijo, ella “contestó: ‘Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra’”. En toda vocación hay un acercamiento de Dios, hay un diálogo entre el Creador y la criatura, y ha de existir una respuesta clara por parte nuestra. Pero esta respuesta no se ha de dar una vez en la vida, sino que la hemos de ir dando cada día, cada minuto de nuestra existencia: “Hágase en mí según tu palabra”.

Voy a poneros un ejemplo concreto de ese diálogo permanente entre Dios y sus hijos queridos. Este caso me lo comentó una persona hace tiempo; le pedí permiso para compartirlo con más gente y me lo dio. Ahí va: “En una reunión con los carismáticos en Santiago de Compostela, había una señora de otra provincia que cantaba muy mal; era una mujer alta y grande y tenía un vozarrón imposible de aguantar, pero ella se llenaba de júbilo cantando al Señor y, aunque lo descomponía todo, no se reprimía y gritaba y gritaba ante el asombro de todos. Por un momento sentí que quería entrarme por aquí una fuerte tentación de juicio hacia ella por su protagonismo y su falta de prudencia; la cosa empeoró cuando durante la Misa se puso a mi lado y la tentación me rondaba acechándome más intensamente, queriendo inquietar mi alma a través de lo que oían mis oídos. Mas en aquel momento vino el Señor a comunicarle a mi alma que tenía que escuchar su canto como Él lo escuchaba, y si a Él le sonaba a canto de ángeles, así debería de sonarme a mí. Y así lo hice: cerré los ojos y me imaginé al coro de los ángeles dando gloria y alabanza Dios y, ante el cambio de actitud por mi parte, el canto de la señora dejó de molestarme para hacérseme pura armonía celestial, y es que para entonces ya no escucha sus gritos; entonces yo escuchaba el amor y la sinfonía que producía el sonido del amor al irse elevando como aromático incienso.

Cuando fuimos a comer, en la mesa, cerca de mí, algunas personas del grupo hacían un juicio sobre esta señora por su falta de prudencia y su querer sobresalir, (porque, de verdad, padre, que cantaba mal). Yo no estaba en aquella conversación y ni siquiera le prestaba atención, pero en un momento estas personas se dirigieron a mí comentándome lo mal que tuve que haberlo pasado teniendo aquel griterío a mi lado; pero, padre, les respondí lo que había vivido; les dije que no me molestó su canto, pues cerré los ojos, lo interioricé y lo escuché como Dios lo escuchaba, y como Dios lo escuchaba: como suave sonido de amor; a Él aquel canto de la señora le sonaba a ángeles y a mí también. Entonces estas personas me respondieron: ‘viéndolo así, cambia la cosa’.

16 comentarios:

  1. Al leer esta homilía has conseguido que de verdad me sienta importante.
    Me sienta un ser especial y distinto.
    Me gusta pensar que El me ha escogido pese a que no soy la más lista, ni la más espabilada, ni la más inteligente. Y no sólo eso, sino que su fidelidad es para toda la vida, y que si algo falla es porque me despisté en otra tarea, no porque El deje de quererme.

    Se que mi plan debo cumplirlo yo pero haces que me ponga manos a la obra con más entusiasmo, aunque bien sabes lo que me cuesta escuchar/ver con los ojos de Dios.

    Gracias Andrés.

    Un abrazo para cada un@

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  2. Hola Andrés, me ha gustado la experiencia que comentas de la señora que cantaba muy mal. Dios lo transforma todo, solo hay que escucharle y obedecerle. Gracias.

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  3. Hola Andrés :
    ¡¡¡¡Que bonita. !!!!! " Y es que el amor no tiene razones. " ÉL se enamoro de nosotros......
    Voy a volver a leerla, la respuesta de María....
    Gracias Andrés.
    Un abrazo cordial.
    Nos vemos el jueves, si DIOS quiere.

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  4. el burro de Balán (o sea, yo)8 de diciembre de 2011, 11:36

    Me repite, muy a menudo mi amo que: "...no está hecha la miel para la boca del asno".
    ¿Por qué tendrá tanto empeño en no lea sus homilías?.
    Debe ser por eso que le he oido alguna vez: la verdad os hará libres?. Y se la acaba el chollo!

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  5. A LA CONCEPCIÓN DE NUESTRA SEÑORA, PIDIENDO LA DEFINICIÓN DE ESTE MISTERIO A INOCENCIO X
    De Antonio de Solís

    Aquí de la fe, que ya
    hacia la Fe se avecina
    una verdad que defienden
    los que por la Fe militan.

    Yo no digo, que es de Fe,
    pero no habrá quién lo diga,
    que una verdad tan jurada
    se va haciendo fidedigna.

    Antes se creyó de gracia
    esta gran prerrogativa:
    Ya es justicia el no creer
    que se jura con mentira.

    ¿Qué aguardas, grande Inocencio?
    Mira la especiosa oliva,
    de las armas de la Fe
    en tu Paloma benigna.

    Mírala en los atributos
    de María, y no permitas,
    rama de raíz infecta,
    en tan honradas divisas.

    ¿E1 Espíritu divino,
    que con las alas camina,
    del amor al beneficio
    de esta inferior jerarquía,

    tardará un instante en dar
    la gracia a la gracia misma?
    ¿cuánto mayor fué la hazaña
    que obró en un Ave María?

    Califique, pues, tu voz
    esta verdad tan crecida,
    pues la misma gracia a voces
    pide que la hagas justicia.

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  6. El dogma de la Inmaculada Concepción de María, fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula “Ineffabilis Deus”.

    “…declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles…”

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  7. Cuadro de la Inmaculada de Murillo:

    Pintado entre 1670 y 1860, es uno de los más tempranos antecedentes españoles del rococó. No queda claro si la Virgen está representada en su Inmaculada Concepción o subiendo a los cielos en la Asunción; pero pese a los detalles que, por distorsión u omisión, alteran la iconografía tradicional de la Concepción, el aspecto juvenil de María, no refleja la madurez de la Asunción. En cualquier caso, no cabe duda de que se la pinta en la flor de la vida, con una belleza física y espiritual que prueba la libertad con que Murillo abordaba sus temas. El artista apela directamente a la sensibilidad católica de la época creando una figura cuya carnalidad la distancia de las Vírgenes frías y extraterrenas de sus contemporáneos. A Murillo se le llamó el pintor de la Inmaculada.

    Batolomé Esteban Murillo (1617-1682)

    Nacido en el seno de una acomodada familia sevillana, la educación pictórica de Murillo comenzó con su pariente Juan del Castillo.

    Trabajó casi toda su vida en Sevilla, a las órdenes de varias congregaciones religiosas. Se cree que la influencia de Velázquez benefició grandemente su pintura: el uso del color se hizo más armonioso, las sombras más suaves, los colores más translúcidos y más rica la ambientación de los temas. Murillo se casó a los 27 años y tuvo nueve hijos. Mientras trabajaba en un retablo para la iglesia de los Capuchinos de Cádiz, se cayó del andamio y murió meses después en su casa de Sevilla, el 3 de abril de 1682.

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  8. Que sabias palabras ... tenemos que estar abiertos a escuchar a Dios .. y eso se logra en el fondo del corazon .... si seguimos su camino .. con lealtad y amor nada nos pasara pues El siempre estara con nosotros ¡¡¡¡
    Feliz dia a todas la Marias .. y en especial a nuestra Madre Celestial ¡¡¡
    Que Dios los bendiga ,,,,

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  9. Gracias, Andrés por tus homilias...
    Gracias también a la señora que te permitió contar lo de "la m u j e r o n a".
    Un abrazo.

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  10. La homilía de hoy es hermosa, sencilla, pero a la vez muy profunda, de un contenido inmenso para nuestra vida.

    Este texto nunca lo había escuchado enfocado en el sentido de “toda vocación o llamada por parte de Dios”. Como bien nos dices, se nos describe la vocación de la Virgen María, pero también se nos puede aplicar a nosotros mismos. María sí escuchó la llamada de Dios, hubo un diálogo y una aceptación por parte de ella, con un SÍ generoso que duró toda su vida. Pienso que en aquel momento la Virgen María no lo pudo ver tan claro y, a pesar de todo, se fió de Dios (“Hágase en mí según tu palabra”).

    Una hermosa lección que, al mismo tiempo, me llena de confianza y de paz en la búsqueda de luz ante las dificultades que se presentan en mí caminar como cristiana, esposa y madre.

    En el ejemplo que nos pusiste al final, me admira la capacidad que tuvo la protagonista de imaginar al coro de los ángeles dando gloria y alabanza a Dios. Ese modo de actuar requiere mucha constancia en la oración y a alguien que nos guíe, yo lo veo muy difícil, será que, todavía no estoy ni en el traje de la primera comunión, sino en patucos.

    Un abrazo para todos y feliz semana.

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  11. La primera lectura de hoy, sobre Adán y Eva, y también el evangelio, nos hablan de un diálogo entre los personajes, que supone también una llamada de Dios para ellos, a su misión.Recuerdo una homilía fantástica del Pater, sobre este diálogo del Génesis.También nosotros nos encontramos reflejados en ellos; en Adán y Eva, que dialogaron, no solo con Dios sino también, -Eva lo hizo-, con Satanás; y aquella conversación tuvo graves consecuencias…para nosotros. En el caso de la Virgen con el Ángel, vemos la actitud de escucha dócil y confiada de María ante el mensajero de Dios; y es que María como buena judía estaba acostumbrada a escuchar…algo que a nosotros, por estar y tener tantos frentes que nos dispersan, nos resulta difícil a veces. También este diálogo de María tuvo para nosotros grandes y maravillosas consecuencias. Esa escucha de la Virgen me recordó esa Oración fundamental para los judíos que es el ¡SHEMÁ, YISRAEL!, que a mi me encanta y me ayuda a situarme en la oración. Resulta, desde ella, fácil visualizar a la joven María en la Sinagoga, escuchando y guardando las enseñanzas..que luego vivió en su Llamada o Vocación.
    ¡SHEMA,YISRAEL!
    “Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras que yo te mando hoy estarán en tu corazón, se las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado; las atarás a tu muñeca como un signo, serán en tu frente una señal; las escribirás en las jambas de tu casa y en tus portales.”(Dt 6,4-9)
    A nosotros también nos llegan estas palabras del mismo Jesús: cuando fue interrogado acerca del mandamiento más importante, contestó con el Shemá (Mc 12, 28-34).
    Sin duda, sin la Escucha y el silencio interior al que vamos acostumbrándonos al ir viviéndolo, es difícil participar en ese Diálogo que el Señor nos propone acercándose a cada uno de nosotros, comunicándose con nosotros.La Virgen no conocía a San Juan de la Cruz (lo celebraremos el miércoles 14), pero si, estoy segura que vivía aquellos versos suyos: “la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora" y desde ellos pudo dar a Dios su respuesta enamorada, que también nosotros deseamos responder: “Hágase en mí, según tu palabra”.
    Buena semana amigas. Sea santa y dialogante, con el Señor que llega.

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  12. Regalos para momentos de crisis como los que vivimos:

    El regalo de Escuchar.


    1- Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar.
    Solo escuchar ..


    2.- El regalo del Cariño.

    Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos,
    estas pequeñas acciones demuestran el cariño por tu familia y amigos.


    3.- El regalo de la sonrisa.
    Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas y tu
    regalo dirá: “me gusta reír contigo”.


    4.- El regalo de las notas escritas.
    Esto puede ser un simple “gracias por ayudarme”, un detalle como
    estos puede ser recordado de por vida Y CAMBIARLA AUN TAL VEZ.


    5.- El regalo de un cumplido.
    Un simple y sincero “te ves genial de rojo”, “has hecho un gran trabajo” o fue
    una estupenda comida” puede hacer especial un día.


    6.- El regalo del favor.
    Todos los días procura hacer un favor.


    7.- El regalo de la soledad.
    Hay días que no hay nada mejor que estar solo. Sé sensible a aquellos días
    y da este regalo o solicítalo a los demás.


    8.- El regalo de la disposición a la gratitud.
    La forma más fácil de hacer sentir bien a la gente es decirle
    cosas que no son difíciles de decir como “Hola” y “Muchas Gracias”.
    Los amigos son raras joyas, que pueden hacerte enojar y sonreír,
    que poco a poco aprenden a escuchar, a alentarte y ellos siempre
    abrirán su corazón a nosotros. Demuéstrale a tus amigos cuanto es
    lo mucho que los estimas.


    Y A TODAS ESTAS COSAS TENEMOS QUE AGREGARLE … EL AMOR DE DIOS,
    QUE DEBE ABUNDAR EN NUESTRO CORAZON…

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  13. Mi reflexión personal del evangelio lo he hecho desde la letra en “negrita” que Andrés utiliza en la homilía que hemos recibido en nuestro correo cada uno. Ha salido un resumen muy completo para ir recordando y agradeciendo la acción de Dios en mi y la vocación y misión que he recibido, todo ello desde ese diálogo y comunicación que Dios intenta con su criatura.
    HOMILIA LA INMACULADA
    *Es Dios siempre quien primero se acerca a nosotros, quien toma la iniciativa.*
    Como dice San Pablo en ese Himno impresionante de la segunda lectura, la cercanía y búsqueda de Dios, siempre estuvo en mi vida; aunque es ahora cuándo, desde una fe madura, mas lo perciba y al mirar atrás veo que siempre ha estado allí y ha sido el primero en dar cualquier paso hacia nuestro encuentro. No dudo de que me “ama porque sí”, cómo si no iba Alguien a pensar en mí, desde siempre: bendecirme, elegirme, llamarme y destinarme a ser hija y heredera suya..y todo esto, en la persona de Su Hijo, el Amado, el predilecto. ¿a quién se le ocurriría tener mérito alguno? No a mí, desde luego. Sólo un Amor gratuito que se entrega dándosenos, puede tener tal repercusión en mi. Todo es puro Don.
    *El se enamoró de nosotros y nos cortejó para sí y quiere desposarse con nosotros en matrimonio perpetuo.*
    Sí. “Me sedujiste y me dejé seducir.” Imposible no dejarse; imposible no soñar con un desposorio con el mejor de los amantes en quien el alma “desborda de gozo.”
    Recuerdo que en una ocasión, compartiendo la fe, con un grupo de personas a quienes acababa de conocer, comentó una de ellas: ¡qué alegría saber que Dios sigue seduciendo a sus criaturas!
    * En toda vocación existe un diálogo entre Dios y la persona elegida. *
    ¡Cuántas veces nos habla al corazón!! Si estuviésemos atentos..o desde los acontecimientos: tristes o alegres, de una enfermedad, de un problema familiar, de trabajo o económico. En todo nos habla y desde ahí nos va guiando. Pero sobretodo, en mi particularmente y esta época de mi vida, lo hace desde Su Palabra. Palabra viva, eficaz, única.
    *Él tenía y tiene una misión para María, para nosotros: Hemos de quedar “embarazados”, no en nuestro vientre, sino en nuestro espíritu, en nuestro ser más íntimo del Hijo de Dios, de Jesús.*
    Intento dar cada día mi Sí, renovarlo; cuidándole como el “primer amor”, en entrega e ilusión: “Hágase en mí”. Ser portadora de Jesús, Ser Sagrario de Jesús para darlo a los demás. Bonita misión, la que la Virgen nos entrega. Y Andrés.
    “Hágase en mí según Tu Palabra”
    ¡VEN, SEÑOR JESÚS!

    Gracias por esta bonita homilía, Andrés; digna de la Inmaculada.

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  14. ¡Hola Andrés!: ¿Cómo estas?. No estoy embarazada y lo acepto como algo del Señor pues ya me había hecho a la idea.
    Espero entonces "embarazarme del Señor" para poder transmitirlo tal y como lo explicas de forma extraordinaria en esta homilía.
    ¡gracias!
    Un beso de todos

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  15. La homilía de la Inmaculada, me pareció preciosa.
    ‘Lo de quedarnos “embarazados”, no en el vientre, sino en nuestro espíritu, en nuestro ser más íntimo del Hijo de Dios, de Jesús.’ Me encantó.

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  16. La Burra de Balaán
    Balaán era un profeta de Mesopotamia...que intentó arruinar a los israelitas animándolos para que adoraran al dios Baal.

    Palabra de Dios: Dios vino una noche donde estaba Balaán y le dijo: - Ya que esos hombres han venido a llamarte, levántate y vete con ellos; pero haz lo que yo te diga. Balaán se levantó de mañana, aparejó la borrica y se fue con los jefes de Moab. Al verlo ir, se encendió la ira de Dios, y el ángel del Señor se plantó en el camino haciéndole frente... La borrica, al ver al ángel del Señor plantado en el camino, con la espada desenvainada en la mano, se desvió del camino y tiró por el campo. Balaán le dio una paliza... El Señor abrió la boca de la borrica y ésta dijo a Balaán: - ¿Qué te hecho para que me pegues? Balaán contestó: - Que te burlas de mí. Si tuviera a mano un puñal, ahora mismo te mataría... El ángel del Señor le dijo a Balaán: -¿Por qué golpeas a tu burra? Balaán contestó: - He pecado porque no sabía que estabas en el camino, frente a mí. Pero ahora, si te parece mal mi viaje, me vuelvo a casa. El ángel del Señor respondió a Balaán: - Vete con esos hombres; pero dirás únicamente lo que yo te diga. Y Balaán prosiguió con los ministros de Balac (Números 22.20-23,28-29,32,34-35).


    Enseñanza

    Papá, dice Migue, ¿me quieres explicar eso de la burra de Balaán? El padre, hombre preparado en esta materia, le contestó así: Mira, Migue, presta atención: Balaán era un profeta de Mesopotamia, al que le pidió Balac que maldijera a los israelitas durante su peregrinación por el desierto. Israel acababa de derrotar a los amorreos, y Balac temía que su pueblo sufriera la misma suerte. Al principio, Balaán no quería ir a ver al rey, pero la segunda vez sí fue. En el camino, el ángel del Señor detuvo a la burra de Balaán y avisó a éste que dijera sólo lo que Dios le ordenara. En lugar de maldecir a los israelitas, Balaán los bendijo tres veces. Luego intentó arruinar a los israelitas animándolos para que adoraran al dios Baal.

    Diálogo: ¿Quién se portó mejor, la burra o Balaán?

    Oración

    Señor, poco a poco voy conociendo la historia de tu intervención con tu pueblo y hoy con todo el mundo. Te confieso que me está gustando un mogollón. Antes no tenía ni idea de las maravillas que habías hecho y sigues haciendo con la humanidad. Como hay gente desagradecida, yo quiero esta mañana pedirte perdón por todos ellos.
    www.catholic.net

    ¿Quién se portó mejor, la burra o Balaán?
    Para hoy, quizás ya hemos tenido suficientes preguntas en la homilía. Envío el artículo como curiosidad, ya que Balaán, aparece en la primera lectura de la misa de hoy.

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