viernes, 2 de marzo de 2012

Domingo II Cuaresma (B)

4-3-2012 DOMINGO II CUARESMA (B)

Gn. 22, 1-2.9-13.15-18; Sal. 115; Rm. 8, 31b-34; Mc. 9, 2-10


Homilía de audio en MP3

Queridos hermanos:

El domingo pasado por la noche, cuando ya había llegado al monasterio de Cóbreces (Cantabria) para hacer mis ejercicios espirituales anuales, me puse a preparar la homilía de este domingo II de Cuaresma. Lo primero que hago siempre para esto es leer las lecturas del domingo correspondiente. Al leer el evangelio, el lunes por la mañana, en el libro rojo (leccionario) ponía así en el inicio: “En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro…”, pero no era eso lo que yo había leído la noche anterior en mi Biblia, la que yo había llevado a los ejercicios. En ésta ponía esto otro: “Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro…”. E inmediatamente me pregunté: ‘¿Seis días después de qué?’ Y entonces leí los versículos anteriores y me encontré con el episodio en que Jesús narra a sus discípulos que Él iba a ser prendido por los judíos, que lo iban a maltratar y que iba a morir de mala manera. Y en aquel momento se le acerca Pedro, y apartándolo del grupo de los apóstoles, le increpa diciéndole que no diga nada de eso, que por qué está asustando a todo el grupo, que a Él no le va a pasar nada de eso… Y entonces Jesús le dice aquellas palabras tan duras: “¡Apártate de mi vista, Satanás! Tú piensas como los hombres y no como Dios”. Aquel episodio había dejado muy asustados a todos los discípulos. Nunca habían visto así a Jesús, ni les había dicho cosas semejantes: su próxima muerte, la bronca a Pedro, que apartarse de la muerte era cosa de Satanás y no de Dios. ¿Qué se le puede decir a un hombre que tiene cerca la muerte, que tiene miedo a la muerte, que sufre y padece la muerte de un ser querido? Podríamos hacer como Pedro: tratar de quitar hierro al asunto, aunque Jesús esto no se lo consintió.

El domingo por la tarde viajaba yo para el monasterio de Cóbreces (Cantabria) y paré en el pueblo de un amigo mío. Ambos estuvimos juntos en el Seminario de Oviedo y coincidimos en COU y en 1º de estudios eclesiásticos. Éramos inseparables y amigos íntimos. Luego él lo dejó y se metió a marinero, a patrón de un barco de pesca, que era en lo que trabajaba su padre. Él siguió la tradición familiar. Yo seguí en el Seminario. Siempre fuimos muy buenos amigos y teníamos bastante trato. Hace unos días él se cayó al mar y se ahogó. Este domingo pasado, de camino hacia Cóbreces, paré en su pueblo para ver a su familia. Lo que encontré allí fue horrible. Ya os lo podéis imaginar: mi amigo de 53 años muerto en la mar y sin aparecer el cuerpo. Me decía una hermana que el cuerpo puede aparecer hasta en Francia. Estábamos allí bastante gente para acompañar a su familia. ¿Qué se le puede decir a un hombre que tiene cerca la muerte, que tiene miedo a la muerte, que sufre y padece la muerte de un ser querido?

Es en estas circunstancias del pasado (seis días después de haber hablado Jesús de su muerte, de haber abroncado a Pedro, de haber asustado a sus discípulos) sucedió la Transfiguración del Señor en el monte Tabor; es en estas circunstancias del presente (la muerte y desaparición de mi amigo en la mar y el desconsuelo de su familia y de sus amigos) en que la Iglesia nos presenta hoy dicho hecho de la Transfiguración. Ya conocéis lo acaecido: Jesús se transfiguró en un ser de luz; a su lado estaban Moisés y Elías; Dios Padre habló y reconoció a Jesús como su Hijo querido y nos animó a escucharle y a acogerle en nuestro corazón y en nuestro espíritu. Los discípulos pasaron del susto por el anuncio de la muerte de Jesús y del desconcierto por la bronca de Jesús al asombro y a la alegría de una visión divina: “¡Qué bien estamos aquí!”

Pero, ¿qué quería Jesús decirles con esta Transfiguración suya?

- La muerte, el sufrimiento, el desconcierto, el desagradecimiento, la soledad, la duda y la incertidumbre forman parte del ser humano: *En demasiadas ocasiones escucho a la gente que se vuelve contra Dios porque le pasa algo malo: ‘¿Qué mal he hecho yo para que me suceda esto? ¿Por qué no les pasa a otros más malvados que yo?' *El otro día veía un programa de televisión en donde un psicólogo decía que es un error de la sociedad moderna occidental apartar a los niños de la muerte de sus seres queridos; la muerte forma parte de la vida humana y tenemos que enseñarla a nuestros niños. *Todo el mundo exige sus derechos, pero pocos están dispuestos a esforzarse por sus deberes. *Asimismo dicen los psicólogos que hoy la gente está mucho menos preparada para sufrir frustraciones o fracasos en la vida. *Hace un tiempo me contaron de un cardenal que era el responsable en Roma de las órdenes religiosas y recibía a los superiores generales de todo el mundo. De ellos recibía regalos, agasajos, buenas palabras… Tenía una vida llena de tareas y de visitas las ‘26 horas’ de cada día. Pero un buen día este cardenal cumplió los 80 años y fue jubilado y reemplazado por otro cardenal para cumplir sus funciones. Desde ese día dejó de ser llamado, visitado y regalado por la gente, salvo por tres personas. Y él se quejaba de todo esto. ¡Ay de nosotros si no estamos preparados para cuando ya no servimos, para cuando ya no podemos dar nada, para cuando ya no tenemos responsabilidades! ¡Qué difícil es y cómo nos cuesta a todos pasar a la segunda o a la tercera fila de la vida! Repito: las experiencias negativas forman parte de nuestra historia humana. Si no nos vienen antes, nos vendrán después. Si ahora tocan a los de lejos, pasado algún tiempo tocarán a los de cerca y a nosotros mismos. Mientras primero aceptemos esto, antes estaremos preparados para hacerles frente. Y Jesús quiso preparar a sus discípulos para cuando Él faltase o a Él lo matasen de mala manera.

- Con el episodio de su Transfiguración Jesús quiso animar a aquellos discípulos suyos y también a nosotros: ‘Nunca llovió que no parara; a la tormenta le sigue el sol’. La alegría, el gozo, la justicia, el reconocimiento, la satisfacción… también forman parte de la vida del hombre. Es cierto que Jesús va a morir, pero también lo es que Dios está de su parte. Es cierto que le llamarán mentiroso o se burlarán de Él, pero también lo es que Él ha dicho y dice siempre la verdad. Cuando Dios nos visite con su luz y con su fuerza, entonces nos daremos cuenta que mereció la pena esta vida. Sólo con Dios podremos decir, como Pedro: “¡Qué bien estamos aquí!” Sólo con Dios podremos decir la última frase que Sta. Clara de Asís pronunció antes de morir: “Te doy gracias, Señor, porque me has creado”.

- Para mí una de las claves del evangelio que acabamos de escuchar está en las últimas palabras de Jesús: No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos”. ‘Si contáis esto antes de mi resurrección, no os van a creer. Dirán que estáis bebidos, que habéis tenido visiones, que tenéis que ir al psiquiatra… Sólo cuando yo haya muerto, y sólo cuando yo haya resucitado y vuelto a la vida de entre los muertos, podréis contar lo que hoy habéis visto: esta Transfiguración y la voz de mi Padre Dios. Pues tan cierto es que voy a ser asesinado y que os quedaréis solos como que me habéis visto al lado de Moisés y de Elías. Y, si estas dos cosas son ciertas, también lo es que yo voy a resucitar de entre los muertos. Y lo mismo que yo resucitaré, también lo hará el amigo ahogado en la mar y todas las personas que han muerto antes que él e igualmente aquellas que mueran después de él’.

9 comentarios:

  1. Queridos amigos :
    Quisiera proponeros una iniciativa que he visto....ADOPTA UN SACERDOTE...Oración por los sacerdotes.
    Ya que nuestro querido Padre Andrés, reparte Amor a manos llenas a todos nosotros y " El amor es lo único que se multiplica cuando se reparte ". Que os parece, si nosotros correspondemos hacia Él con oraciones,en este tiempo de Cuaresma, para que ÉL Señor le conceda la fortaleza necesaria para nunca fallar a esta obligación.
    Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, que quisiste perpetuarte entre nosotros por medio de tus Sacerdotes haz que tus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea fiel reflejo de la tuya.
    Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los hombres de Dios.
    Que no tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida.
    Que sean fieles a sus compromisos,
    celosos de su vocación y de su entrega,claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del Don recibido.
    Te lo pedimos por tu Madre Santa María
    Ella que estuvo presente en la vida
    estará siempre presente en la vida de tus sacerdotes.
    Señor, multiplicad la cantidad de sacerdotes, pero dadnos sobre todo sacerdotes santos........P. Andrés
    Un abrazo en Cristo para todos.

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  2. Querido Andrés:

    ¡Bien venido! Me alegro de que te encuentres de nuevo con nosotros. Yo que hasta llegué a sentir envidia de la semana que estabas pesando, y mira tu todo lo que tenías encima.

    Siento mucho el fallecimiento de tu amigo de esa manera tan trágica. Es difícil ponerse en el lugar de la familia en una situación como esta, me siento íntimamente unida a ellos y pido a Dios que les de fortaleza y consuelo para poder soportando tanto dolor.

    Hoy la 1ª Lectura narra la prueba que Dios le pide a Abrahán: el sacrificio de Isaac.

    “Dios le había pedido que renunciara a su pasado (Gn 12, 1-3). Ahora le pide que renuncie a su futuro, un sacrificio mucho más doloroso que el primero, pues significa que debe perder a su hijo, su único hijo, el heredero de la promesa (cf. Gn 15,4; 17,16.21). Su Dios le había prometido una descendencia numerosa, y esta promesa no podía tener otro apoyo humano sino la vida de Isaac. El mismo Señor ahora le pide que la suprima. Una prueba imposible para cualquier padre. Abrahán tiene que decidir entre la promesa de Dios o el Dios de la promesa. Seguramente Abrahán sintió un dolor terrible en el corazón: tenía que decidir entre Dios o su hijo. Tan grande e inquebrantable es su fe que decide obedecer la orden de Dios, aunque no sea capaz de entenderla. Abrahán pasa por esta prueba purificadora, superándola gracias a su fidelidad absoluta al Señor. Entra en la lógica de Dios y éste le recompensa generosamente.”

    Señor Jesús, tú me has dicho: “he puesto a tú lado al prójimo. Todo lo que hagas a él lo tomaré como hecho a mí”. Te ruego Señor, que tenga siempre presente tú propuesta.

    Andrés, un abrazo muy fuerte y ánimo.

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  3. Andrés, hermano del alma. qué bella reflexión has hecho con el evangelio de la Transfiguración. verdaderamente que nos cuesta asumir la verdad de la condición humana. me encanta cuando dices: las experiencias negativas forman parte de nuestra historia humana. Si no nos vienen antes, nos vendrán después. Si ahora tocan a los de lejos, pasado algún tiempo tocarán a los de cerca y a nosotros mismos. Mientras primero aceptemos esto, antes estaremos preparados para hacerles frente.

    Gracias por tus palabras. Gracias porque sé que vienen de Dios.

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  4. Hola Andrés, me encantó tu homilía. Me vi reflejada totalmente. Ultimamente parece que todo me sale al revés de como debiera, y esa pregunta que expones en tu homilía ¿Por qué a mí y ahora? está pasando por mi cabeza todos estos días.

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  5. Jesús ama a Pedro y pone en sus manos su Iglesia y Jesús ama a Pedro cuando le reprende, qué dificil combinación!amar siempre en la Verdad de Dios y no dejarse llevar por ese amor que produce resultados inmediatos y placentero según la carne.Aprovecharse de que te niegues a ti mismo cojas tu cruz y con ello vivan los demás, bien, pero cuando dices que eso viene de Dios, que no es cosa tuya, nadie quiere creerlo, te dicen que eres generosa, buena, pero que venga de Dios, noque tu historia te da ese comportamiento, la genetica,cualquier cosa, pero de Dios NO, y esa tentación que te envuelve el dia a dia te hacer sentir una soledad inmensa,y ahí es cuando la Transfiguración aparece, en la oración, en las lagrimas, en una palabra de amor que no esperabas y de quien menos esperabas, es tan amplia de tanto de sí la Tranfiguración cuando se da!( muy de cuando en cuando), que se acepta, que como a Pedro, Jesús,te ponga en tu sitio y te haga bajar de la "higuera" donde te habias instalado.Andrés, vienes, al menos eso veo yo,con el corazón lleno de ganas de " ceñirte la toalla y lavar los pies a los hermanos"Bien, eso está muy bien.Paz

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  6. Hola Andrés, escuché ahora la homilía, ¡qué bien viene todo lo que dices!, viene de Dios. Me gustó mucho lo que dijiste al final de la misa sobre los monjes ancianos, que a pesar de su limitación, alababan a Dios. Y la percepción que tuviste de ver mucha vida en ellos. Te agradezco que compartas estas cosas con nosotros, son muy profundas, llegan al fondo.

    "La soledad, la incertidumbre, el miedo, el sufrimiento, forman parte de nosotros".
    ¡Qué bien me hizo escucharlo!, anima. Se pasa muy mal, pero el camino es ese y el camino solo se puede andar con Jesús.

    Terminas en la homilía: "El bien permanecerá y estará con nosotros" Que así sea.

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  7. ¡¡Que hermosa homilía, y que consoladora!!
    Si que resulta importante la diferencia de la traducción; ese, seis días después.
    Cuando uno se encuentra en el sufrimiento, cargando con la cruz de la enfermedad, de la ancianidad, la soledad, la falta de recursos económicos etc. atravesando un desierto acosado por el hambre, por las alimañas.....lo que de mi sale es, rechazarlo, porque no me gusta sufrir, ni ver sufrir a las personas cercanas, y "escucho" la voz del Señor: Apartarte de mi satanás; porque cuando no acepto la voluntad de Dios en mi vida, es como si escuchase al demonio que me dice: Dios no te quiere, porque si te quisiera no permitiría que sufrieras. Este es el gran engaño. Precisamente porque me ama quiere que mi vida transcurra por el camino que Él ha recorrido, un camino lleno de espinas, incomprensiones, desprecios,dolor y muerte. Mas seis días después, el mismo Jesús viene a consolarnos y darnos esperanza, al mostrarnos lo que nos espera tras esta vida; ese rostro transfigurado que n o es otra cosa que, un anticipo de la resurrección; la victoria sobre la muerte de todo tipo.¡¡¡Que bien se está aquí!!! Ahora si que Pedro quiere quedarse y seguir disfrutando de aquel momento "celeste" que le colma de alegría. Creo que eso nos ocurre a todos.
    ¡Que presto está el Señor para venir a consolarnos y darnos su ayuda!
    Yo al menos experimento esto a diario, momentos de angustia, de dolor de cruz, y otros en que aparece Jesús con sus dulces palabras, alegrándome el corazón, y haciéndome presente la victoria final. Los ángeles que me "sirven"
    Muchas gracias por transmitirnos tu fe, esperanza y caridad.
    Yo también creo que Felipe gozará de la visión triunfal de Jesucristo, y rezo para que su cuerpo aparezca pronto, y para que consuele a su familia.
    Me uno a la intención del primer anónimo, es decir: el rezar por los sacerdotes, es muy importante apoyarles con nuestro cariño y oración.
    Santa semana para todos.
    BENDITO SEA DIOS.

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  8. Buenos dias ¡¡¡ que hermosas tus palbras .. pero que difil¡¡¡ recuerdo cdo acompañaba a una prima mia en su etapa final que me decia ¿ porque a mi ??? y un sacerdote amigo Ramon Morcillo me dijo hay que pensar mejor ¡¡¡ para que a mi ?? cambiando el porque por el para que .. pero es complicado.. y duro ...cdo las cosas se me complican trato de aplicarlo ..
    Siento mucho la muerte de tu amigo y en esta forma para la familia debe ser muy duro .. pero se que junto a ti encontraran la paz ¡¡¡ Un cariño muy grande

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  9. Bienvenido Pater, después de estos días de EE, se nota que has estado por “allá”, por las alturas, en el tono de voz.
    ¡Cuánto nos enseñas al explicarnos cómo preparas las homilías sobre la manera de enfocar las distintas situaciones de nuestra vida desde la Palabra de Dios!! Gracias.
    Es importante desde luego “ubicar” el texto que trata el evangelio para poder profundizar en él. En este caso ese: A los 6 días de…..¿? En nuestra vida ordinaria se presentan de forma alterna el dolor, sufrimiento y muerte por una parte y por otra la presencia del gozo, la alegría y la vida. Vivir todas estas situaciones desde la FE, hacen que me siga preguntando cómo muchas personas pueden vivir todo ello sin fe, sin pensar en Dios para nada…y las hay a mi alrededor. Pero no me cabe duda que vivirlas con o sin fe, son dos formas totalmente distintas de enfocarlas; siento compasión de aquellos que no admiten el don de la fe en sus vidas, que le dan la espalda por las razones que sea.
    Hace un mes enterrábamos a un primo de mi marido, de quien además éramos muy amigos…En el duro momento del entierro al bajar la caja, vi que la viuda casi se desplomaba delante de mi, cuando escuchamos la voz de uno de los sacerdotes que nos acompañaban:”YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA…” Al recordarlo, aún se me hiela la sangre, porque aquellas palabras llenaran aquel inmenso cementerio, como si fuesen la única razón en la que tanto dolor hallase consuelo. Fueron palabras llenas de Luz. Luego otro sacerdote comenzó a rezar el rosario hasta que terminó aquella despedida. Fueron las palabras de Jesús mismo las que dieron fuerza a quienes queríamos a Alfonso. Sin esa fe, me pregunto: ¿qué podría habernos sostenido? Fue Su Palabra, aquella palabra, la que rompió la muerte de alguien querido, la que dio fuerza al dolor de la familia; rezo por aquel sacerdote que supo decir la palabra adecuada, aquella en la que creía. El dolor continúa pero la fe lo atenúa y acaba convertido en esperanza. Ha sido como la presencia de Andrés-sacerdote y amigo en la visita a la familia de su amigo..El Señor se manifiesta entre los suyos de alguna manera. Hemos de verlo y escucharlo.
    Ahora me encuentro en Murcia. He venido a recibir a mi cuarto nieto, Jaime. Un niño precioso que hace la delicia de todos nosotros.Contemplar a Jaime es ver la Luz.
    Vida y muerte; gozo y dolor; es nuestra vida y la que Jesús nos mostró en los años que vivió entre nosotros. El sabe que necesitamos de esos momentos de Transfiguración que nos llenan de Su presencia, de Esperanza, porque la vida es como es, es nuestra condición humana. Condición humana, que sólo encuentra sentido cuando se vive desde la fe y la esperanza.
    Tras la Transfiguración por segunda y tercera vez aún, Jesús anuncia su muerte y resurrección….sólo tres de sus apóstoles habían recibido la luz de aquella manifestación, pero Su Luz debió ser tal, que aunque no hablasen de ello hasta la Resurrección de Jesús, sostuvo la Fe de aquel grupo de apóstoles entre muchas sombras y miedos hasta la venida del Espíritu Santo.
    “Este es mi Hijo amado, escuchadle.”, estas palabras deben de iluminar nuestra vida; pidamos Fe, para que tanta Luz nos mantenga y lleve a Él.
    Santa semana, amigos.

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