jueves, 22 de marzo de 2012

Domingo V de Cuaresma (B)

25-3-2012 DOMINGO V CUARESMA (B)

Jr. 31, 31-34; Sal. 50; Hb. 5, 7-9; Jn. 12, 20-33

Homilía de audio en MP3

Queridos hermanos:

Ya estamos a las puertas de la Semana Santa. Jesús, en los días anteriores al domingo de Ramos, habló con mucha frecuencia a sus discípulos de su muerte, del final de su vida, de su miedo, de su agitación interior, de lo cercano que sentía a su Padre Dios…

- Es unos de esos días Jesús pronunció las palabras que hoy recoge el evangelio: “El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna”. Jesús nos dio pruebas a lo largo de su vida de poner a los hombres antes que Él mismo: Nos dice el evangelio en diversos momentos que casi no tenía tiempo ni para dormir, ni para descansar, ni para comer. Su tarea era agotadora. Jesús no se cuidaba, porque nos cuidaba. Jesús no dormía demasiado, porque velaba nuestro sueño con su oración nocturna ante Dios Padre. Jesús no se protegía, porque nos protegía a nosotros.

También hoy seguidores y fieles suyos siguen sus palabras, su ejemplo y su vida estén donde estén. Ahí os va el caso de una misionera en Centroamérica: “Cuando voy a llevar la comunión a la gente, casi siempre voy con sufrimiento: cuando voy en la mañana, me da una renitis y se me tapan los oídos, la respiración y se me va la voz; cuando voy en la tarde, es un calor insoportable. En ambos tiempos voy de mucha prisa, porque siempre tengo algo pendiente y tengo que vencerme, porque hasta pereza me da -aunque sé que allí le encuentro (a Jesús) muy claramente-. Siento una gran nostalgia (no sé de qué) en mi corazón; tengo que agarrarme muy fuerte a Él y decirle: ‘¡Señor!, devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso’. Cuando termino de llevar la comunión, tengo una satisfacción que me dura toda la semana”.

Otros ejemplos de este amar más a los demás que a uno mismo, de amar más a Dios que a uno mismo, está en el plan de Cuaresma que muchos fieles están llevando a cabo en este tiempo: con las comidas, con la tele, con el ordenador, con el tabaco, con las compras, con la lengua, con un tiempo mayor de oración o de lectura espiritual, con limosnas, con mortificar el sueño o el cansancio, con atacar la soberbia y el amor propio, con buscar las obras de caridad para con los otros… Os animo a seguir por este camino de morir a nuestros propios gustos por el bien de los demás y por amor a Dios, pues ya sabéis lo que Cristo Jesús nos ha dicho hoy en el evangelio: “Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto”.

- Otra de las frases de Jesús en el día de hoy es ésta: “El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor”. Esto os lo explico con un cuento: “Tres obreros trabajaban en una enorme granja. Daniel se ocupaba de cuidar los caballos y se pasaba todo el día lamentándose de cuán duras eran sus tareas y qué poca paga recibía. A Ramón le tocaba ordeñar y llevar a pastar a las vacas. Siempre se le escuchaba maldecir y con frecuencia estallaba lleno de cólera pegando patadas a todo lo que se le ponía por delante. Por último, Carlos estaba encargado de cuidar los cerdos. Carlos, antes de comenzar su tarea, daba los buenos días a sus compañeros y les dedicaba una sonrisa. El trabajo de Carlos, al igual que el de Daniel y el Ramón, era muy pesado, pero Carlos nunca maldecía ni se quejaba. En los momentos más duros Carlos cogía un crucifijo de madera que tenía en su bolsillo, lo contemplaba un instante y continuaba con su labor con una gran paz. Este hecho provocó la curiosidad de sus compañeros y un día Daniel le preguntó: ‘Carlos, ¿por qué siempre llevas una cruz en el bolsillo’. Ramón burlonamente comentó: ‘Seguro que es su amuleto de la buena suerte’. Carlos sacó la cruz de su bolsillo y dijo: ‘Esta cruz la fabriqué yo con mis propias manos y tiene un gran significado para mí. Este trozo de madera representa la cruz que me ha tocada cargar en esta vida. Cada vez que la miro, a mi mente me viene el recuerdo del calvario y veo a tres personas que subiendo esa cima llevaron sus respectivas cruces. La primera persona a la que veo es a Dimas (el buen ladrón), que llevó su cruz obligado, porque no le quedaba más remedio. La otra persona a la que veo es a Gestas (el mal ladrón), que la llevaba maldiciendo y renegando de todo y contra todos. Por último, veo a Jesús que se abrazaba a su cruz mientras caminaba. Cuando el cansancio, la injusticia, la cólera… me amenazan con robarme la paz, entonces tomo esta cruz en mis manos, la miro y me hago la siguiente pregunta: ¿Cómo quiere Dios que lleve esta cruz que me ha tocado? ¿Como Dimas? ¿Como Gestas? ¿O como Jesús?’”.

Con nuestros labios decimos que queremos seguir a Jesús, pero en tantas ocasiones nuestra vida y nuestras reacciones se parecen bastante a las de Daniel-Dimas. Otras veces se parecen a las de Ramón-Gestas. ¡Qué pocas veces se parecen a las de Carlos-Jesús! Somos nosotros quien podemos llevar la cruz de la vida de la primera manera, o de la segunda manera, o, con la ayuda de Dios, del tercer modo. ¿Cómo sé yo de qué manera llevo la cruz? Muy fácil: si tengo resignación, llevaré la cruz al modo de Daniel-Dimas. Si tengo ira e impaciencia en mi corazón, llevaré la cruz al modo de Ramón-Gestas. Si tengo paz, entonces llevaré la cruz al modo de Carlos-Jesús, ya que donde está Jesús no puede haber más que paz, vida eterna y mucho fruto.

11 comentarios:

  1. En el primer párrafo ya vino la emoción a mi ser pues has conseguido que perciba que El me cuida y vela por mí. Que soy un ser especial para El.


    El resto es para trabajar, lo asumo como tarea semanal.

    Gracias por todo tu trabajo y gracias a todos los que participan con sus comentarios. Para mi es un gran apoyo espiritual.

    Un abrazo para cada un@

    ResponderEliminar
  2. Hola Andrés, he leído ahora la homilía, tiene mucha enjundia, me encanta. El jueves, cuando enviaste la homilía, leí primero las lecturas, procuro hacerlo así siempre. Después quise leer la homilía pero el sueño me venció y lo dejé por falta de tiempo hasta hoy.

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola Andrés!
    Gracias por compartir con nosotros el caso de esa misionera, me ayuda su testimonio y admiro su gran labor, no se deja llevar por la ley del mínimo esfuerzo, a pesar de las limitaciones por las incomodidades y la falta de salud. Esta actitud obediente transforma tantas situaciones negativas de la vida en fuentes de salvación. Tanto para la persona en concreto como para quienes pueden apreciar la entereza y fortaleza manifestada en esos casos. Este ejemplo vele más que mil palabras.

    ‘Morir para dar vida, en el evangelio de este domingo, Jesús nos recuerda que no todos los medios son válidos para vencer la carrera de esta vida. Solamente algunos lo son. El triunfo pasa por el silencio e incluso por la muerte. Como el grano de trigo que cae en la tierra y muere en ella. Eso significa perder la vida por los demás y por Dios. Quien tan sólo mira por satisfacer sus propias expectativas se pierde en el laberinto de sus caprichos. Por eso, los cristianos no debemos olvidar nunca este signo de nuestra identidad: servir como Jesús nos ha servido a todos. Y servir implica morir a uno mismo, sembrando comprensión, perdón y amor en los demás.

    Un abrazo y feliz semana

    ResponderEliminar
  4. Gracias padre Andrés porque has conseguido hacerme ver como he de llevar mi cruz, sin ira y sin lamento.

    ResponderEliminar
  5. D. Andrés, gracias por hacerme llegar sus Homilías, todas ellas son fuente de reflexión y de conocimiento para mi camino en esta vida. La de hoy, me llega de forma especial en un momento donde necesito ir de la mano del Señor sin hacer preguntas, fiándome plenamente de El, y esperando su luz para discernir en una situación en la que he tenido que comprender que la cruz, es ligera si Jesús está a mi lado, y que esta premisa debe de servir para todos los momentos de mi vida. Me ha dado mucha paz saber una vez más, que Dios me ama tal como soy.
    Un fuerte abrazo para usted y los hermanos del blog. Feliz y santa semana.
    Aloya

    ResponderEliminar
  6. Buenos días Andrés, quiero compartir contigo la sesión del catecismo que tuve. A pesar de que no la pude preparar como yo quería, por falta de tiempo y ánimo, el Señor lo hizo todo. La semana pasada les puse examen y faltaron tres. Hoy tenía pensado hablarles otra vez de la Cuaresma y explicar el Domingo de Ramos. Se me ocurrió que podíamos hacer oración en silencio todos mientras los tres que estaban haciendo el examen terminaban. Nos pusimos en posición orante y en silencio. Les indiqué que en el silencio Jesús nos habla no de palabra sino al corazón. Les encantó. Les fui preguntando uno a uno si les había gustado y qué habían sentido, las respuestas fueron:

    Marina: Me imaginé que estaba en mi habitación con Jesús y me sentí bien.

    Fanny: Sentí silencio y me gustó.

    Ángela: Sentí que Jesús me quiere.

    Hubo más pero no me acuerdo, lo que sí dijeron todos es que querían repetir, que les había gustado y que querían orar más tiempo. Fue precioso. Les dije antes de empezar que Jesús estaba allí con nosotros como nos había prometido, "Cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, en medio de ellos estoy yo". Les dije que quería que estuviesen así en la Misa en el momento de la Consagración. Algunos si estuvieron. Un objetivo de este curso es iniciarles a la oración y ¡qué maravilla que les ha gustado!, estamos en manos de Dios.

    ResponderEliminar
  7. Buenos dias amighos .. Buen dia Andres como siempre tu palabra me hace reflexionar y aptrender mucho .. Saben yo siepre llevo mi cruz o mi medalla de La Virgen con migo .. muchos crre que es simplemente un adorno pero para mi es mucho mas que eso es mi fuerza pues antes muchos momentos de mi vida me tomo de ella y es alli donde siento que no estoy sola que El Señor o nuestra madre esta teniéndome para que pueda seguir adelante ...
    En esta cuaresmo .. yo invito a la gente a que haga un ayuno muy distinto ...
    Ayuno de indiferencia....
    ayuno de soberbia.....
    ayuno de egoismo....
    y me quedo con esta ultima frase tuya ...Si tengo paz, entonces llevaré la cruz al modo de Carlos-Jesús, ya que donde está Jesús no puede haber más que paz, vida eterna y mucho fruto.
    Buena semana ¡¡¡¡¡
    Buena semana amigos

    ResponderEliminar
  8. Querido Andrés:

    Te ruego me permitas utilizar este blog para contestar brevemente a alguien que mostraba su interés en conocer mi opinión, a propósito de la campaña para captar vocaciones sacerdotales.

    Simplemente quería mostrar mi desacuerdo con la citada campaña, en la que se ofrece trabajo seguro y un sueldo fijo, a cambio de dedicar su vida al sacerdocio.

    En mi opinión (el mensaje que a mí me ha llegado: priorizar el recibir una contraprestación por dedicarse a esa sagrada labor) es una equivocación.

    Si hay crisis vocacionales, no se arregla con esa campaña. Si lo que se pretende es conseguir "sacerdotes profesionales", entonces ese sí es el camino.
    Pero yo prefiero tener pocos vocacionales, que muchos profesionales.

    Un abrazo y muchas gracias.

    Un penitente agradecido.

    ResponderEliminar
  9. Desde Japón donde el viento me ha traido por una temporada, quiero decirle que gracias a sus homilias vivo la cuaresma con más intensidad. Intentarté asistir a la misa de Pascua en la catedral católica de de Kyoto y pedir por usted en mis oraciones.
    ¿Sería posible que enviara sus homilias a una amiga mia?
    Es católica y en el ambiente de aqui está muy sola. Creo que le gustará escucharle todos los domingos. Gracias.
    Como dijo el domingo en su homilia, tiene una misionera en centro america con la que se escribe, y ahora tendra otra cristiana en Japón que seguirá sus homilias. Gracias a Internet no es necesario estar en la Catedral de Oviedo, junto a la imagen del Salvador, donde antes le escuchaba. !Que gran labor está haciendo!. Abrazos y saludos desde Kyoto

    ResponderEliminar
  10. Cuantas veces ante la cruz respondí como Ramón-Gestas, descargando ira e impaciencia sobre todo y sobre todos,especialmente sobre los mas cercanos.
    Ahora siento que, ante Jesús Eucaristía, es donde más y mejor recibimos la gracia y la fuerza para llevar la cruz al estilo de Jesús, a pesar de las caídas.
    Todas las homilías me ayudan pero ésta en especial, me ha hecho mucho bién.
    Gracias y que el Señor nos bendiga a todos.

    ResponderEliminar
  11. Jesús no descansaba, apenas se cuidaba, no tenía tiempo para sí mismo. ¡Qué poco me parezco a Él! Si lo hacía para favorecerme a mí, debería de hacerlo yo a favor de los demás. Si no, ¿de qué me vale leer Su Palabra, comer Su Cuerpo, decirme cristiano?
    Dificultades, tentaciones, pereza, nostalgia…no es fácil ser seguidor o seguidora de Jesús, ni siendo misionera como la persona que nos describe la homilía; pero por la Fe ella supo elevar ese precioso salmo al cielo: ‘¡Señor!, devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso’. ¡Cuánto pecado reconozco en mí, cuando me amo a mi mismo! Sepa yo también, Señor, elevar mi corazón hacia Ti, como esta mujer, para ir dando mi vida por los demás en el día a día. ¡Aumenta mi Fe!
    Nos habla Jesús y la homilía nos ayuda a profundizar en ese” morir a nosotros mismos”. Son unas palabras maravillosas, pero, ¡cuando no soy valorado o poco apreciado en mi trabajo!, cuando mi esfuerzo pasa inadvertido ante los demás incluso en el servicio hacia ellos, cuando me cuesta callar en ocasiones, entonces esas mismas palabras tan hermosas en otro momento, se revisten de Cruz, de la Cruz que me supone mi infidelidad al ser consciente de no saber a morir a mí mismo, sabiendo que es lo que Jesús me pide. Me pesa el dolor por no saber abrazar la Cruz, porque es el mismo Jesús quien la carga.
    Jesús nos conceda, saber llevar la cruz que Él tiene dispuesta para cada uno de nosotros, abrazándola como Él lo hizo.

    ResponderEliminar