jueves, 10 de mayo de 2012

Domingo VI Pascua (B)


13-5-2012                               DOMINGO VI DE PASCUA (B)

Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            En varias ocasiones el evangelio de hoy nos habla de amor. Es el mandato que Jesús nos ha dejado: “Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado”.
En esta homilía me fijaré en una forma concreta de desamor y así veremos más claramente cómo podremos practicar de un modo concreto ese amor del que nos habla Jesucristo: Con relativa frecuencia me encuentro con personas que hablan habitualmente de los defectos de los otros (yo mismo también caigo en ello). Hablamos de los defectos que vemos en la familia, en el lugar de trabajo, con respecto al fútbol, a la política, a la religión, a los amigos… El sacar los defectos de los otros no sólo es un “deporte nacional” en España, sino también es un “deporte mundial”. Sí, este “deporte” lo he visto y oído en diversas partes de España, pero también en Alemania, en Italia, en Suiza… Fijaros si es un “deporte” tan practicado que hasta le han sacado un cuento. Se titula el cuento de las dos alforjas. Allá va:
            “Un día, Dios bajó a la tierra, convocó a todos los animales, así como al hombre, y les dijo: ‘Quiero que viváis en armonía, felices y contentos. Así que, si alguien tiene alguna queja, que la diga sin temor, y enseguida le pondré remedio’. Nadie expuso nada. Dios entonces se dirigió al mono: ‘Y tú, ¿qué, estás contento? ‘¡Claro!’ –respondió el mono-, ‘tengo cuatro patitas que son un tesoro, y tengo un tipito que muchos envidian. Yo no tengo motivos para envidiar a nadie. Comparado con el oso, que es tan feo, soy una maravilla. Él sí tendrá de qué quejarse’. Los otros animales pensaban como el mono, pero esperaban la queja del oso. Sin embargo, el oso no se quejó. Al contrario, con tono de orgullo dijo: ‘Yo me veo fuerte, bien proporcionado, con cierto aire señorial. Comparado con el elefante, que es un monstruo, una masa de carne que parece que se cae a pedazos, soy un encanto. No me quejo de nada’. El elefante tomó la palabra y dijo: ‘¡Ah!, pues yo tampoco me quejo absolutamente de nada. Me siento fuerte, sólido, como un rey poderoso. Mucho peor es la ballena, que parece una masa informe’. La ballena no se quejó; se consideraba mejor que la jirafa, larguirucha y desgarbada. La jirafa se sentía esbelta, fina, señorial, no como la hormiga, insignificante y rastrera. La hormiga se veía como la reina en comparación con el mosquito. Y el mosquito se veía ágil y capaz de defenderse perfectamente… Así todos, hasta que llegó el hombre. Éste se entretuvo en contar sus cualidades y atractivos. Así estuvo un largo rato. Luego siguió hablando sobre los defectos de los otros. Y se reía de ellos. Dios, que había estado en silencio, se dirigió a todos de nuevo y les dijo: ‘Bien, veo que cada uno lleva dos alforjas: en la de atrás metéis vuestros propios defectos para no verlos, y en la de delante los defectos de los demás para criticarlos y reíros de ellos’”.
            Vamos a sacar de este cuento varias conclusiones o moralejas:
            1) Una persona que habla mal de otro o de otros delante de nosotros, más tarde, cuando no estemos presentes, hemos de suponer que también murmurará de nosotros. Ya conocéis el refrán: ‘Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar’.
            2) El otro día me decía una persona que ella, en ocasiones, hablaba mal de los otros, pero sólo decía la verdad. De acuerdo: Si es cierto lo que se dice de otros y lo que se dice son hechos negativos, se estará diciendo la verdad…, pero la verdad que no está acompañada de la caridad, no es la verdad de Jesucristo.
            3) La verdad es y debe ser siempre una espada de doble filo, es decir, lo mismo que “corta” y pone en evidencia los defectos de los otros, ha de “cortar” y poner en evidencia también nuestros propios defectos, pues “el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra” (Jn. 8, 7b).
De hecho, los santos también tienen dos alforjas, pero, en vez de poner sus propios defectos en la alforja de detrás, los ponen en la de delante. Y, en vez de poner los defectos de los demás en la alforja de delante, los ponen en la alforja de detrás. Así, ellos tienen continuamente presentes sus propios fallos antes que los fallos de los otros.
            A continuación para rematar la homilía propongo aquí algunos “dichos de luz y amor” de San Juan de la Cruz, que nos pueden ayudar mucho en esta materia. Estas frases son para meditarla, para orarlas y para que Dios nos conceda el cumplirlas:
            * “No mirar imperfecciones ajenas, guardar silencio y continuo trato con Dios desarraigarán grandes imperfecciones del alma y la harán señora de grandes virtudes”.
            * “Hable poco, y en cosas que no es preguntado no se meta”.     
            * “No se queje de nadie”.
            * “Lo que hablare sea de manera que no sea nadie ofendido, y que sea en cosas que no le pueda pesar que lo sepan todos”.
            * “Quien se queja o murmura, ni es perfecto ni aun buen cristiano”.
            * “Mejor es vencerse en la lengua que ayunar a pan y agua”.

            En definitiva, cuando Jesús nos dice en el evangelio de hoy “que os améis unos a otros como yo os he amado”, podemos practicarlo no hablando mal de nadie o, si decimos algo negativo, pero cierto…, que esté siempre acompañado de la misma caridad y del mismo amor con los que Cristo nos muestra a cada uno de nosotros nuestros pecados.

6 comentarios:

  1. Buenos dias ¡¡ me ha gustado mucho tu palabra ¡¡¡ es que el cuento tiene tanta razon ¡¡ tanta verdad .. La abuela siempre me decia que lo que peor y mas duro de domar es la lengua ¡¡ que a ella hay que tenerla cortita ¡¡¡ y cdo tienes que decir algo que sabes va no es muy buena pidas al Señor que te ponga la palabra justa para no dañar ¡¡¡
    Hoy en dia que esta tan de moda "EL tu puedes " el egoísmo esta a flor de piel .. se piensa en singular ¡¡¡ me propongo después de esta homilía pensar mas en plural ... y dar mas amor a todo ser que por mi vida pase ¡¡¡no ver tanto el defecto del otro sino mirara mas a los mios ¡¡¡para mejorar dia a dia

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  2. “Amaros los unos a los otros como yo os he amado”. Para amarnos unos a otros, tenemos que sacar de nosotros ‘el desamor’, que tan acertadamente nos lo explicas en tu homilía, lo has enfocado muy bien, y solo así viviríamos únicamente para el fin que hemos sido creados.

    Cada día me sorprendes con tú homilía. El cuento de las ‘dos alforjas’ es fabuloso, me encanta, porque me enseña un montón, efectivamente, llevo dos alforjas; ‘en la de atrás mis propios defectos para no verlos, y en la de adelante...’ ¡que bien está! Que distinta la manera de juzgar una acción en las demás personas, o juzgarme a mi mismo, y es que se da el caso cuando juzgo a la otra persona, conozco muy poco de los motivos que tuvo para obrar de ese modo, por eso además de faltar a la caridad con ella, muchas veces, la juzgo desde la mentira, y cuando yo hago algo mal, sí conozco los motivos por los que obré de es modo, entonces tendría que juzgarme con más severidad, y suela ser al contrario. La lengua, tan pequeña, y lo maligna que puede llegar aser.

    No se como te las arreglas para tener siempre a mano, una reflexión, un cuento una historia que nos ayuda a examinarnos, a comprender mejor las enseñanzas que nos presenta el evangelio de cada domingo, y así ir llevándolo a nuestra vida.

    “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando”. ‘Esta voluntad de Jesús no es una imposición, el amor no se impone. Se ofrece. Se propone, Se da. Él quiere que su amor, fundamento en el amor del Padre, también nos transforme ha nosotros en instrumentos vivos de amor. Y que nos mantengamos en él. Que no desfallezcamos ni nos echemos atrás. Que tomemos conciencia de que vale la pena volver a empezar. O resistir cuando las circunstancias adversas nos empujan a dimitir de los compromisos. Seguramente hemos podido experimentaren diversos momentos de nuestra vida que este amor, hecho de amistad y confianza, nos ha salvado de muchos errores y nos ha mantenido en nuestras convicciones. Hemos aprendido el valor de la fidelidad, después de que los demás nos han dado sin pedir nada a cambio’.

    Este “dichoso de luz y amor” de San Juan de la Cruz, es muy profundo, que Dios nos
    conceda la gracia de poder llevarlos a la vida.
    Un saludo y buena semana.

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  3. ola Andrés, ¡cómo me han gustado las lecturas y la homilía!, tienen mucha miga. "No quejarse de nadie, no mirar los defectos del otro y sí los míos". Me ha gustado y es para ponerlo en práctica, el invertir las alforjas, mis defectos delante y los de los demás atrás. Pero es don y gracia de Dios, sólo con Él se podrá hacer.

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  4. Espero que no dejes transcurrir tanto tiempo para hablarnos de las palabras con que comienza este evangelio. "Permaneced en mi amor" creo que ha de ser muy interesante.
    S. Juan es el evangelista que mas habla del amor, nos lo repite una y otra vez "Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros como yo os he amado"
    Es muy gráfico el cuento de las dos alforjas; y creo que has escogido este tema porque, precisamente es algo en lo que caemos con frecuencia y facilidad; y para poder amar hemos de comenzar por el principio, es decir, que nuestra lengua la tengamos quietecita, que no demos rienda suelta a esa tentación de murmurar unos de otros; una tentación en la que es muy fácil el caer; parece que siempre tenemos tema para comentar, hablar o criticar la forma de comportarse de nuestros hermanos ¡que importante es llevar la alforja de nuestros defectos, delante para tenerlos siempre a la vista.
    Creo que nadie puede dar aquello que no posee, por tanto este amor que Dios nos pide jamás podremos darlo si antes no lo hemos experimentado nosotros.
    Si yo no me he sentido amada, querida, perdonada ¿como hacerlo yo?
    Preciso ese encuentro con Jesús, mediante el cual su amor se hace carne dentro de mi; y es tan grande la dicha de sentirse amada de Dios, porque su amor es muy distinto al nuestro, que en ese momento te das cuenta de que Sí es posible, porque ese sentimiento que el Señor pone en tu corazón, te hace ver a los demás con sus ojos, y los ojos de Dios siempre miran con misericordia y amor; así desde esa situación Él hace posible que puedas perdonar las ofensas, darte cuenta de que todo está bien, y de que si alguno te ha ofendido, lo mas fácil es que tu le hayas molestado en algo aunque no te hayas dado cuenta.
    Mi experiencia reciente es esta que os cuento, Pascua, Cristo resucitado, y resucitado dentro de mi, con los frutos que produce este paso del Señor de la muerte a la vida, y que con Él también me ha resucitado a mi. Concediéndome por su gran misericordia, que en momentos en que me encontraba herida e injustamente tratada, bajo mi punto de vista, el Señor quiso darme una vez mas otra muestra de su amor, poniendo ese amor suyo en mi interior, y pude sentir el milagro de no solo olvidar los agravios, sino, poder amar y hacer recaer sobre mi la culpa, algo ha de tener que ver mi comportamiento, con el proceder ajeno.
    Por eso digo que, para poder llevar mi alforja delante, es menester llevar en tu interior la experiencia del AMOR de Dios; por eso creo que hay que tener sumo cuidado con la lengua, que se mueve alegremente sin mirar las consecuencias, y es capaz de "matar" al hermano. Y que es posible que este mandamiento: Amáos los unos a los otros como yo os he amado, ¿Como nos amó Jesús? cargando él con todas nuestras culpas, echándolas sobre si, y pagando por nosotros con su vida, de forma que quedemos limpios como Él nos ve.
    Muchas gracias Andrés, tus cuentos son toda una catequesis que ayuda mucho a entender la palabra de Dios.
    Animo y feliz semana.
    BENDITO SEA DIOS.

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  5. Hace años participé en el Grupo de Fe. Lo llevaba una mujer, una seglar,a quien por primera vez escuché la palabra “DESAMOR”; por entonces escuché muy a menudo frases como, " eso es un desamor", "no, porque sería hacerle un desamor", que detallaban actuaciones en contra del Amor. Al principio me pregunté si esta palabra existiría en el diccionario, pero tras mucho tiempo de compartir la Fe me dije que de no existir –tampoco la busqué en el diccionario- habría que añadirla, porque tiene gran sentido, sobre todo para quienes creemos en un Dios que es Amor y en quien deseamos PERMANECER, por encima de todo. Al ver la palabra DESAMOR en la homilía, sonreí y me vinieron recuerdos de aquella época. Participando por entonces en aquel grupo, un día se acercó a mí a una mujer, a la salida de Misa. Era de mediana edad, de aspecto sencillo, humilde.Vino sonriendo a mi encuentro, me pidió excusas por molestarme y me dijo unas palabras, que nunca volví a recibir personalmente y me parecieron hermosísimas: "Verá usted, -dijo- suelo ver su grupo de señoras, salir del portal de la casa donde se reúnen y siempre sentí curiosidad. Cuando pregunté a alguien y me dijeron que se reunían para rezar y hablar de Dios.. entendí por qué, mi pensamiento al verlas salir en grupo siempre era: ¡mira cómo se aman! Y quería decírselo, quería que lo supieran.." La invité a que fuese a vernos, pero nunca más la volví a ver o encontrar. Fue un regalo precioso recibido de un Dios que es Amor.
    Y es que llenar nuestra vida de AMOR o bien de DESAMOR, se nota, se ve…lo vivimos y lo sentimos, porque nos hace felices o infelices y como cristianos nuestra mejor carnet de identificación es ser felices.
    Buena semana amigos.

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  6. "Que os améis unos a otros como yo os he amado”....después de leer la Homilia y los comentarios entiendo mejor esa maravillosa frase que creía haber entendido desde de la infancia...ahora veo que lo que JESÚS quiere decirme es que experimente día a día lo que EL me quiere y cuando comprenda y vea de verdad todo lo que DIOS ME QUEIRE, podré amar a los demás como ÉL NOS HA AMADO, podré poner siempre mi alforja de defectos delante y la de los defectos ajenos detras, podré amar con ese amor con el que aman las personas que estan tan cerca de DIOS (esas que me dan tanta envidia - envidia sana)
    Pero, mi problema es que se que DIOS ME AMA MUCHO....LO SÉ....PERO NO ME LO CREO PLENAMENTE....LO CREO...LO VIVO....PERO NO CON LA PLENITUD QUE DEBERÍA.
    Un abrazo a todos y gracias.
    C.

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