25-12-2013 NAVIDAD (A)
Queridos
hermanos:
¡Santa
Navidad os deseo en el día de hoy!
¡Santa Navidad para vosotros, para vuestras familias, para vuestros difuntos[1],
para vuestros amigos, para vuestros conocidos! ¡Santa Navidad para todos ellos
y para todos nosotros!
¡Santa Natividad del Niño Jesús! El Hijo de Dios ha nacido entre
nosotros. Un niño recién nacido siempre es una buena noticia en una casa y en
una familia.
Como bien decía una persona, un niño es un ‘quitapenas’. Hace unos años murió
repentinamente una prima mía de unos 35 años mientras amamantaba a su hijo
recién nacido. Mi tía, la abuela del niño, tuvo que hacerse cargo del bebé, de
otro hijo que tenía mi prima de 9 años y del marido, su yerno. Con el tiempo le
preguntábamos a mi tía cómo lo llevaba y ella decía que la estaba salvando el nieto
bebé y las atenciones que había que tener para con él: que si le salían los dientes,
que si había que cambiarle los pañales, que si había que darle de comer, que si
lloraba, que si se reía… Un niño se convierte en el centro de una familia y de
una persona. Un niño es un ‘quitapenas’.
¡Feliz y santo Nacimiento del Hijo de Dios, de Jesús! Esto es lo que
celebramos en el día de hoy. Es algo muy sencillo y muy hermoso, pero
que sólo LOS SENCILLOS Y HUMILDES pueden descubrir en toda su profundidad.
En el día de
hoy celebramos que los hombres estábamos abandonados en medio de nuestras
guerras, odios y soledades, y Dios, teniendo misericordia de todos y de cada
uno de nosotros, nos ha mandado a su Hijo querido para poner paz en donde hay
guerra, para poner perdón y amor en donde hay odio, para poner compañía y amor
en donde hay soledad. Dios mismo está hoy
entre nosotros bajo la apariencia de un niño débil, desnudo y pobre. Pero sólo LOS SENCILLOS Y HUMILDES lo pueden
descubrir.
En el día de
hoy celebramos que en tiempos de Jesús había muchos observadores de estrellas
entre los sabios, pero sólo tres
quisieron seguir aquella extraña estrella que apareció en el firmamento. Los
Reyes Magos se hicieron SENCILLOS Y HUMILDES para acercarse a Jesús.
Cuando los
tres magos se presentaron en Jerusalén, muchos oyeron su historia, y hasta
algunos sabios del Antiguo Testamento interpretaron correctamente que el
nacimiento del Mesías sería en Belén, pero
nadie se puso en camino hacia allá, salvo los guardias de Herodes para
matar.
En el día de
hoy celebramos que, cuando Jesús nació en Belén, toda la población estaba
atestada de gente, pero sólo unos
pastores, ¡y que estaban fuera de Belén!, fueron hasta la cuadra a postrarse
ante Jesús, el Niño Dios. Sólo los SENCILLOS Y LOS HUMILDES lo pudieron
descubrir y encontrar.
También hoy
Jesús nace para todos los hombres, pero no todos lo reconocemos. Sólo los de corazón humilde podrán
descubrirlo y alegrarse con Él. Voy a contaros un hecho que sucedió hace
años en Bolivia para que veamos cómo se puede celebrar el nacimiento de Jesús,
el Hijo de Dios. Había un campesino analfabeto llamado Romualdo. Le gustaban
mucho los versos populares y una Navidad compuso la letra de un villancico, que
decía así:
“Navidad, mi
Navidad
fuente de
felicidad.
Dame el Niño, todo
entero;
dámelo y no quiero
más”.
Un día un
misionero que se lo escuchó le preguntó: ‘Pero, ¿por qué todo entero? ¿Temías
que te lo diesen en pedazos?’ Romualdo sonrió y dijo: ‘Yo quiero al Niño. Ese
cuerpecito suave, blando, cálido, para tenerlo en mis brazos. Pero quiero mucho
más, quiero su alma, tan hermosa, con tesoros celestiales. Quiero su Palabra,
que tanto me llena, aunque yo no sé leer... pero sé escuchar y sorber. Quiero
su ternura para repartirla con todos los que están tristes. Quiero su bondad y
perdonar a los que me desprecian por mi sencillez y simpleza. Quiero su
santidad para que no manche esta hermosa alma que El me ha regalado. Quiero su
deseo de morir para que todos se salven. Quiero...’ El misionero le interrumpió
preguntándole: ‘¿No te parece ya bastante?’ A lo que Romualdo respondió: ‘No.
Porque todavía Jesús tiene muchas cosas hermosas que yo quiero tener. Por eso,
no me contento con tener la imagen en mis brazos. Deseo tenerlo en mi corazón,
en mis ojos, en mis oídos, en mi lengua, en mi vida toda. Por eso mi
villancico, de que la Navidad
me traiga al Niño todo entero’.
Si sentimos
como Romualdo, si somos SENCILLOS Y HUMILDES como él, entonces junto con él
digamos:
“Navidad, mi
Navidad
fuente de
felicidad.
Dame el Niño, todo
entero;
dámelo y no quiero
más”.
Antesdeayer, una
misionera de Foz y que está en África, me mandó este correo: “Querido P. Andrés, ¡FELIZ Y SANTA
NAVIDAD Y AÑO NUEVO! Por aquí las Navidades no son muy espectaculares, pero se
viven con autenticidad. Hoy, día 23, tuvimos reparto de alimentos para los
pobres, para que estos días sean un poco menos tristes. Hay una señora a la que
su esposo abandonó y como no podía pagar la barraca de lata en la que vivía, el
dueño la echó a la calle con sus hijos. Vino a pedir ayuda a nuestra casa. Me
recordó cuando la Virgen y San José fueron rechazados en las posadas y acabaron
en un establo. Creo que esto sí es una Navidad de VERDAD: sin luces, sin
turrones, sin champaña, sin casi todo lo material, pero con todo lo que vale la
pena. La Navidad con los más pobres es como estar en el Establo de Belén en
persona. Hay mucha gente que sufre mucho, que se mueren porque en el hospital
no les dan ni una pastilla si antes no la pagan. Se pasa tan mal que se pasa
bien, porque sabes que ahí está Jesús. El sufrimiento de esta gente no me
gusta, preferiría que nadie estuviera pasándolo mal, pero si esto no puede ser,
pues me gusta acompañarles en ese sufrimiento. No puedo hacer mucho, pero al
menos estoy con ellos. Mi hermana me dice que soy masoquista, pero no es eso.
Ellos lo tienen que vivir y sufrir y yo ¿ni siquiera los voy acompañar?
Bueno te he contado un poco lo que estoy
sintiendo estos días. Por favor, reza por un muchacho católico que acusaron
injustamente unas personas de una secta y que estuvo detenido. Lo maltrataron
mucho y ahora está fuera pero sale el juicio estos días y puede volver a la
cárcel por mucho tiempo. Estoy segura que es inocente pero nadie lo defiende, sólo
las hermanas y un grupito de la parroquia.
La homilía de Navidad es preciosa; gracias.
Que Jesús te siga trayendo bendiciones y
todas las gracias que El posee en plenitud y quiere darnos a todos”.
[1] Sí, también para los difuntos ha nacido y nace el
Hijo de Dios. Y ellos se alegran como nosotros y más aún que nosotros de esta
gran noticia.
Querido cura de Tapia,
ResponderEliminarSanta Navidad para ti también. Solamente por hoy haré presente durante todo el día que el Niño Jesús nace para mi.
Eso me ayudará.
Un abrazo muy fuerte.
Santa Navidad para ti y toda tu gente ..gracias por estar tan cerca a pesar duelos km que nos separan ... Y compartir tu palabra que me acerca día día más a Dios ..
ResponderEliminarSanta Navidad !,!
Santa Navidad a todos los amigos de este blog y de este cura de Tapia que tanto queremos ¡¡¡
ResponderEliminarQue seamos capaces de sentir a ese Niño todo entero, que seamos capaces de gustar de ese niño todo entero... y no deseemos ninguna otra cosa más.
¡Santa Navidad!
Carmen