viernes, 10 de enero de 2014

Homilías semanales EN AUDIO: semana II de Navidad










3 comentarios:

  1. Acabo de escuchar las homilías de la semana y la verdad es que las ideas se me agolpan en la cabeza pero, como decía aquel famoso, “vamos por partes”. Empezaré por la platica del viernes que es la que ahora mismo mas me toca, esto no quiere decir que no tenga nada que comentar de la del miércoles y de la del jueves.
    Al grano.
    Me dices que amar a Dios es amar al prójimo y al revés y en esencia estoy totalmente de acuerdo. En esencia.
    En el día a día se me hace muy difícil amar a algunas personas como amo a Dios y es para mi un grave dilema porque siento que no soy buena persona y me plantea problemas de conciencia lo que me lleva a culpabilizarme de algunas situaciones pero he llegado a la conclusión de que tengo que poner freno, no puedo culpabilizarme de algunos de mis sentimientos. Como vulgarmente se dice, hasta aquí hemos llegado
    Hay momentos que no solo no amo a algún “prójimo” como a Dios sino que en mi interior no quiero amarlo. Me niego a ello.
    Ya no entro en si merece que le ame o no, es que no quiero ni ponerle en el mismo plano.
    Se lo que me vas a decir, que eso hay que trabajarlo pero tenía que decirlo.

    Gracias por toda tu ayuda.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Me parecen tan importantes los temas que tratas en estas homilías de la Capilla, Andrés.
    En esta fechas navideñas, andamos mas a la carrera aún, igual que tú, con tantas celebraciones...que los comentarios son pocos por eso, pero creo que los escuchamos y..ahí quedan. Nos forman. Nos van formando.De repente vienen a nuestra mente, nos hacen reflexionar.
    Sólo quería darte las gracias una vez más.Además creo que son muchos los que lo hacen unidos a mi. Gracias. No te canses, aunque veas que nosotros nos cansamos.

    ResponderEliminar
  3. Querido Andrés.

    Sé que al que ha dejado el primer comentario anónimo no le va a servir de consuelo, pero que sepa que lo entiendo perfectamente; que opino exactamente lo mismo que él; que he pasado también una temporada de autoculpabilidad que no me ha llevado a ningún sitio; y que sé que soy comprendido por Mi Señor, que conoce mis limitaciones y carencias y al final es lo único que importa.

    Un abrazo.

    Ha sido muy reconfortante escucharte, aunque haya sido tan breve.

    Un penitente agradecido

    ResponderEliminar