jueves, 10 de abril de 2014

Domingo de Ramos (A)



13-4-2014                              DOMINGO DE RAMOS (A)
Homilía de audio en MP3
Queridos hermanos:
            - Voy a leeros una parábola de un autor extranjero, J. Ynara­ja: “En el reino de los cielos, dice el Señor, pasa como ocurrió un día que un niño se hizo daño. Acudió su madre, trató de expli­carle algo para consolarlo, pero el niño no hizo caso y, sin escucharla siquiera, continuó llorando amargamente. Las explica­ciones de la afligida mamá de nada le servían. Pero continuó a su lado y, aunque el niño lloró con más intensidad, no se apartó de su lado. Por fin, la madre no pudo resistir su incapacidad para ayudarlo y ella también se puso a llorar. El niño, poco a poco, se fue calmando, miró a su mamá primero extrañado, luego preocupado, le tendió su manita y hasta sonrió, pues había olvidado su dolor. Pronto, madre e hijo se abrazaron felices.
            En mi reino, dice el Señor, a menudo no puedo dar explica­ciones, a mí no me entienden, y por eso, en los absurdos acciden­tes, en las crueles enfermedades, en los trágicos asesinatos, en cualquier dolor o muerte, yo, el Señor, lloro con los que son víctimas del mal, sufro pasión en silencio, soy crucificado y muero yo también, hasta que llega el consuelo y se abren los ojos internos del espíritu y se ve en la eternidad todo el amor y el bien que les rodean.
            ¿Van a perder la fe mis hermanos pequeños porque no encuen­tran explicaciones?”
            Esta parábola nos señala el modo de enfrentarse Jesús con el dolor de los hombres. Él no viene principalmente a consolar a los hombres que sufren, a dar el pésame a los hombres que mueren, a condolerse por los hombres que pecan. Él viene a sufrir con los que sufren, a morir con los que mueren, a perdonar a los que pecan y pecamos. Por ello dice la 1ª lectura: “ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los que mesaban mi barba. No oculté el rostro a insultos y salivazos”. O también la 2ª lectura dice: “Cristo, a pesar de su condición divina,... se rebajó hasta someterse incluso a una muerte, y una muerte de cruz”. Jesús no es de los que escapan al ver el peligro; al contrario, se presenta Él el primero con tal de desviar los golpes sobre sí mismo.
            - En este Domingo de Ramos os invito a entrar de lleno en la Semana Santa. En ella recordamos y vivimos los misterios centrales de nuestra fe cristiana. Son los hechos más sagrados y de donde nace la santidad de los hombres, de la Igle­sia.
            ¿Cómo podemos celebrar estos misterios? No basta con acudir a los actos religiosos. Hay que meditar los misterios de Cristo; hay que compenetrarse con sus sentimientos; hay que entrar en comunión íntima con Jesús, con su pasión y su resurrección. No basta con ser mero espec­tador. Tenemos un ejemplo de este padecer con Cristo en Santa Rita de Casia. El otro día rezaba el rosario por Gabriel (el Colaso) ante el altar de la Virgen del Carmen en la iglesia de Tapia y me fijé que al lado de la imagen de María está la imagen de Santa Rita de Casia. ¿Sabéis algo de su vida? En alguna ocasión os la narraré. Hoy sólo quiero fijarme en lo que aparece más a la vista: Santa Rita está vestida de monja agustina, lleva una cruz entre sus manos y tiene una herida en su frente. Veamos un trozo de su vida: Santa Rita meditaba muchas horas en la Pasión de Cristo, meditaba en los insultos, los rechazos, las ingratitudes que sufrió en su camino al Calvario. Durante la Cuaresma del año 1443 fue a Casia un predicador llamado Santiago de Monte Brandone, quién dio un sermón sobre la Pasión de Nuestro Señor que tocó tanto a Rita que le pidió fervientemente al Señor ser partícipe de sus sufrimientos en la Cruz. Santa Rita recibió una espina de la Corona de Espinas en su cabeza. El Señor no le dio más, porque no hubiera podido con ello. Y así estuvo hasta su fallecimiento.
            ¿Qué vas a hacer tú por Cristo Jesús en esta Semana Santa, sabiendo todo lo que Él hizo y hace por ti? Te exhorto, pues, a que en estos días medites más la Palabra de Dios, ores más ante el sagrario, ante la cruz y a que asistas a la Vigilia Pascual. Sin duda la celebración más importante de todo el año para nosotros los cristianos, ya que como dice S. Pablo: si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también nuestra fe […] además de inútil y nuestros pecados no han sido perdonados” (1ª Corintios 15,14.17).
            También te exhorto a vivir en estos días como vivió Él: sufriendo con el que sufre, oyendo al que no es escuchado, acompañando al que está solo, compartiendo tus bienes materiales con el que no tiene, perdonando al que te ha herido de cualquier modo…

11 comentarios:

  1. Qué historia tan buena y esclarecedora para el hombre, que no entiende en tantas ocasiones los comportamientos de Dios, o bien, el por qué ocurren cosas que se encuentran fuera de nuestro alcance.
    Como este niño que lloraba amargamente, sin consuelo..en tantas ocasiones es bueno llorar, es signo del duelo ante cualquier dolor que experimentamos. Ante el llanto de la madre este niño reacciona con generosidad. Pero la reacción de la madre, ¡qué bien se conforma con la de nuestro Dios!; ese Dios definido como Padre y Madre por tanta ternura como derrama sobre sus hijos. Es el Dios Amor.
    La mejor de las explicaciones ante la muerte, el dolor o el mal, yo la encuentro en la cercanía de Jesús, en ese percibir su presencia cuando le necesito, bien desde los sentimientos o bien desde la fe, cuando me parece escuchar: no estás sola. Ahí está también, en esos brazos que algún hermano me tiende, es el Señor mismo quien lo envía, pues sabe mi tristeza y necesidad.
    Esta Semana Santa deseo entrar en comunión íntima con Jesús, como nos propones, Pater, pero no me atrevo pedirle tanto como Santa Rita…sí le diré que me enseñe a mirarle en la Cruz; que Su mirada y la mía se hablen y se encuentren estos días.
    Santos días para todos.

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  2. Buenos días ... Que bella historia la que nos relatas ..y sabes es así ...hace un tiempo cuando murió mi niño yo no comprendía nada y sentí que Dios me había abandonado ..... En ese momento alguien lejano al cual mucho no conocía me trajo al sanatorio la Oración de pisadas en la arena ........ La deje pasar pues con el dolor mi corazón se cerró ... Fue día a día que fui comprendiendo .. Y sintiendo que El Señor me tenía en sus brazos .... Y desde ese momento nunca más me sentí sola pues sabía que El compartía junto a su Madre mi vida con alegrías y tristezas pero siempre a mi lado.

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  3. Ana nos ha recordado un cuento precioso de amor y dolor: Huellas en la arena.
    Hoy os voy a contar un cuento. Con él, volvemos a reflexionar juntos sobre el sufrimiento del hombre y como Dios no nos deja nunca solos... Dice así:
    "Una noche tuve un sueño... soñé que estaba caminando por la playa con el Señor y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida. Por cada escena que pasaba, percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena: unas eran las mías y las otras del Señor.

    Cuando la última escena pasó delante nuestro, miré hacia atrás, hacia las pisadas en la arena, y noté que muchas veces en el camino de mi vida quedaban sólo un par de pisadas en la arena. Noté también que eso sucedía en los momentos más difíciles de mi vida. Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor:

    - Señor, Tú me dijiste, a través de tu palabra, que siempre irías conmigo a lo largo del camino de mi vida. Sin embargo durante los peores momentos de mi existencia veo que hay en la arena sólo un par de pisadas. No comprendo porque Tú me abandonabas en las horas en que yo más te necesitaba-.
    Entonces, Él, fijando en mí su bondadosa mirada me contestó:
    - Mi querido hijo. Yo siempre te he amado y jamás te abandoné en los momentos más difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue justamente en los momentos de tu vida donde te llevé en mis brazos-."

    Me parece una preciosa reflexión de cómo, aunque en los momentos difíciles no vemos a Dios, sin lugar a dudas está ahí, sosteniéndonos y acompañándonos como el amigo que nunca falla.
    ……………………………………………
    Gracias Ana.

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  4. Esta parábola de la homilía me recordó una que viví con mis nietos.
    Hace unos meses me encontraba en la salita con tres de mis siete nietos: Dioni (3 meses), Blanca (8 meses) y Perico (3años). Ese día Perico estaba malito y no había ido al cole. De pronto empezó Blanca a llorar, le siguió Dioni y Perico de repente se sentó en el suelo y con las manitas en la cara, también se puso a llorar. Esta abuela estaba a punto….le pregunté a Perico: ¿por qué lloras, Perico? Es que echo mucho de menos a mi Mamá, abuela. Y yo le dije, y yo también mi cielo, además tú estás malito y quieres mimos, ¿verdad?. Dejó de llorar y me dijo: Abuela, no te preocupes, yo te ayudo con Blanca –su hermana-. Y lo hizo. Fue una mañana preciosa.
    Perico no hubiese entendido muchas explicaciones sobre el trabajo de su mamá o la edad de su abuela.. Le bastó ver que yo me preocupaba por él porque no se encontraba bien, aunque estaba pasando un “apuro” con todos llorando a la vez, en esos momentos.
    ¡Cuántas cosas enseñan los niños! A veces Dios se fía de nosotros para que seamos oídos, pies y brazos Suyos para los demás. Y con nuestros gestos y cercanía, sobran largas explicaciones muchas veces.
    Por algo Jesús en el evangelio nos invita a ser como niños.

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  5. Soy Eugenia, la mamá de Mateo, el cual participó en la Homilía del Domingo de Ramos en Tapia.
    Quisiera darle la enhorabuena por la hermosa historia que nos contó y por lo bien que lo hizo. Creo que todos los presentes en la iglesia entendimos lo que nos quiso decir. Mateo incluido.
    Gracias

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  6. Hola, Eugenia. La verdad es que Mateo es un encanto de niño: muy espabilado y valiente, pues salió sin temor alguno ante tanta gente como había.
    Dios permitió que todos pudiéramos entender lo que Él quiso decirnos con esa pequeña historia.
    Muchas gracias.

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  7. Preciosa parábola que hoy precisamente me ayuda en mi vida de fe.
    Me consuela enormemente el saber que El Señor comparte mis sufrimientos estando a mi lado, aunque tantas veces no lo vea, como le pasaba al muchacho indio en medio de la noche; hoy vienes a recordarnos que Jesús no solo está ahí para consolarnos, El está sufriendo nuestros mismos sufrimientos, sintiéndolos en su carne, por eso nos entiende tan bien; así pues, ahora que me encuentro en una situación difícil, es consolador el saber que, otra Persona pasa por lo mismo que tu, y el que me recuerdes que el siente mi dolor, como el Cireneo sintió el peso de la cruz, al ayudar a Jesús; que tratando de ayudarme me tiende los brazos para recogerme; por eso es fácil que en estos momentos si miro en la arena, solo veré unas huellas, y sentiré sus labios en mi frente, así como su calor en el corazón; no estás sola creo escuchar, y nunca lo estarás.
    Yo quisiera también estar a su lado acompañándolo en ese camino hacia el calvario, recoger su Sangre, y limpiar su rostro; a la vez que junto a María y a Juan, ser su compañía a los pies de la Cruz.
    Muchas gracias Andrés, nunca será bastante mi gratitud, por todo lo que nos entregas.
    Queridos hermanos, os deseo una Santa Semana vivida junto al Señor.
    BENDITO SEA DIOS.

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  8. Hola Chony,Jesús está ahí contigo sufriendo también esa dificil situación que pasas, como tu misma corroboras. Pero, además la comunión que se establece a través del Blog, "donde dos o mas nos reunimos en Su nombre" desde Su Palabra y las homilías de Andrés, son oración que sube hasta Su Presencia como una flecha... No lo olvides amiga. Cuenta con la mia y con mi cariño.

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  9. Muchas gracias Pepitina por tus cariñosas palabras que te agradezco de verdad, así como tu oración; que El Señor te lo pague.
    Que pases una santa semana, disfrutando de la meditación sobre estos grandes misterios, y de las celebraciones.
    FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN

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  10. Muchas gracias por facilitarnos "Huellas en la arena".

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  11. Feliz Pascua a todxs.
    Hermosa homilía(como siempre)Y si se me permite ,hago tambien mía la petición de la Sª Pepita,de que el Señor nos enseñe a mirarlo en su cruz.
    En cuanto a Santa Rita nunca he sido devota de santos,aunque conozco su historia,solía contármela una tía que era muy devota y se empeñaba en regalarme estampitas que yo guardaba para no hacerla el feo.La verdad es que nunca entendí el sacrificio de esta santa,me parece contraproducente,puedo entender eso sí,la nobleza de aguantar (perdonarme la expresión) la vida de maltratos de un marido cabrón y unos hijos torcidos_¿pero lo de la astilla?.
    Corregidme si me equivoco,pero no le veo ninguna finalidad que no sea la de castigar el propio cuerpo a falta de otra arma para combatir debilidad mental o desequilibrio,pues si lo que se busca es agradar a Dios,no creo que la inmolación del propio cuerpo por una causa u ideal (por muy altos que sean) que no traiga consigo el bien de otros sea el camino.Más bien me resulta estéril. En fin,son solo cavilaciones mías.Lo dicho ,también tomo para mi la bonita petición de Pepita para acompañar a Jesús en esta semana santa.Un fuerte abrazo para todxs.
    C.

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